Desesperados por la afectación que significa el bloqueo de casi cuatro meses de su vía principal, los habitantes de Toledo, norte de Antioquia, asumieron el reto de poner de sus bolsillos y recoger el dinero necesario para costear la rehabilitación del paso crítico.
El compromiso que se impusieron fue recolectar 10 millones de pesos para asumir el costo del préstamo de la máquina y el manejo del operario, y aunque no llegaron a esa cifra, les alcanzó para contratar 50 horas de trabajo de un buldózer pequeño.
La idea era abrir un paso provisional para vehículos pequeños en la semana del 24 de diciembre del año pasado, pero el aparato ha presentado continuos daños mecánicos que retrasaron la intención de la comunidad de recuperar la comunicación antes de la llegada del año nuevo.
Ya van 18 días de enero y tampoco se ha logrado la meta, pues tanto molestó el aparato con sus fallas que el pasado lunes lo tuvieron que regresar a Medellín para su reparación definitiva.
Al menos, fruto de varios convites comunitarios, se habilitó un paso para peatones, para caballos y motocicletas.
El panorama lo pinta Hernando Orley García Vásquez, docente y líder comunitario, quien cuenta que en esa lucha están unidos comerciantes, transportadores, conductores, juntas de acción comunal y el mismo párroco.
Si bien, los toledanos no padecen un aislamiento total porque pueden utilizar una vía alterna por San Andrés de Cuerquia, su desespero se apoya en que por ésta tardan de dos a tres horas más en cada recorrido.
Por la vía tradicional (San José de la Montaña-Toledo), según García, el viaje demanda unas seis horas, mientras que por la alterna (San Andrés-corregimiento El Valle) supera las ocho horas.
La razón es que en ella hay varios frentes de trabajo para su rehabilitación para el proyecto Hidroituango, que obligan a prolongadas suspensiones del tránsito de vehículos.
Más recorrido y sobrecosto
En una carta abierta firmada por varios líderes, se reclamó que durante los últimos tres meses y en plena cosecha de café, que es la principal fuente de ingresos local, ocho veredas y un corregimiento han estado incomunicados con la cabecera, lo cual ha representado sobrecosto en los productos y pérdidas económicas para campesinos, transportadores y comerciantes.
El tránsito por esta vía, aseguraron, no solo beneficia a los toledanos, sino a habitantes de veredas de San Andrés de Cuerquia y San José de la Montaña, y de los dos buses que van al primero, uno llega hasta el sitio de la emergencia, donde se hace trasbordo con un costo que consideran exagerado (5.000 pesos) por un trayecto de tres kilómetros.
Ante la situación, los líderes comunitarios extendieron un llamado al gobierno departamental y a las empresas contratistas que hacen presencia en la zona para que hagan una nueva visita al sitio La Quesera y elaboren los estudios necesarios, dado que los días de verano de las últimas semanas ofrecen otro panorama diferente.
Con los convites han limpiado y empedrado el maltrecho camino abierto, y no descartan dar paso a pico y pala, como cuando los pioneros abrieron la primera vía al pueblo.
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