Luz Marina Gómez solo recibió una fotografía enmarcada y un certificado de la Fiscalía. Eso son los últimos recuerdos que tendrá de Carlos Andrés Parra Gómez, su hijo asesinado el 18 de diciembre de 2005 en Remedios, Nordeste antioqueño.
La mujer y los familiares de Alberto Cerro Palomino se debieron conformar con esta entrega simbólica de restos, pues sus allegados fueron arrojados a ríos tras ser asesinados y solo tienen certeza de su muerte por las confesiones hechas ante fiscales de Justicia y Paz por los desmovilizados de las autodefensas autores de los homicidios.
A diferencia de estas dos familias, otras 14 sí recibieron las osamentas de sus parientes, también víctimas de grupos armados ilegales.
Tras los exámenes científicos para la verificación de la identidad, las autoridades entregaron los restos de Héctor de Jesús Ceballos, Andrés Avelino Álvarez Arango, Climado Antonio Ramírez, Cristian Obed Arboleda Agudelo, Iván de Jesús Betancur González, Israel Pérez Agudelo, John Freddy Fernández Higuita, Joaquín Emilio Higuita, José Higinio Torres, Juan Pablo Torres Guarín, Tulio Alberto Chaverra Arboleda, Julio César García, Nelson de Jesús Patiño Arboleda y Yuli Viviana Arboleda Carmona.
"Así sea simbólicamente, se siente un poco de paz, uno si quisiera que nos hubieran dado la oportunidad de sacarle los restos, pero..", dijo Luz Marina, mientras miraba a los demás salir de la sede de la Fiscalía en Medellín para el cementerio Universal.
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