Ayer, al mediodía, las flores del Ecoparque Camposanto de Villatina fueron el marco para recordar la tragedia natural más espantosa que ha vivido Medellín, cuando 25 años atrás, el domingo 27 de septiembre de 1987, 30.000 metros cúbicos de tierra se desprendieron del cerro Pan de Azúcar y mataron a más de 500 personas de 120 viviendas.
Con la presencia de unos 200 habitantes de este sector del oriente de la ciudad, muchos de los sobrevivientes que ahora viven en los barrios Minuto de Dios, San Blas y El Limonar; el alcalde, Aníbal Gaviria Correa , parte de su gabinete y algunas dependencias municipales, la comunidad honró la memoria de las víctimas.
Antes de la eucaristía, acto central del homenaje, Luz Mariela Sánchez , quien lleva 39 años viviendo en el barrio La Libertad Dos, vecino de Villatina, relató que esa tarde estaba en casa viendo televisión con su familia. Todo era tranquilo hasta que se oyó el estruendo, “como una explosión”, apuntó.
Nadie de los suyos pereció ahí, pero sí cinco allegados de la familia Agudelo, quienes vivían donde hoy está una lápida de mármol junto a la que Luz María se paró en la actividad de conmemoración.
Por tan doloroso susto su familia no se fue del barrio ni lo hará, pues, según comentó Carmen, su hermana, no creen que les pueda suceder otra desgracia con los cerros que están detrás de su casa. “Con la ayuda de Dios uno camina tranquilo”, dijo Carmen y expresó su deseo de que les mantengan la Policía en el sector.
La comunidad de la zona le expresó al Alcalde sus necesidades en cuanto a intervenciones sociales. Además, le pidió a la ciudad quitarle el estigma de violencia que siente que carga su territorio.
El gobernante tomó nota e invitó a algunos líderes a olvidar rencillas políticas que tuvieron con otras administraciones.
Con el acto, la población ratificó que la tragedia jamás se olvidará.
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