Tras las históricas elecciones de este fin de semana, Chile está un paso más cerca de tener una nueva Constitución, un texto que será redactado por una convención dominada por ciudadanos independientes y la oposición de centro e izquierdas.
Con más del 90 % de los votos escrutados, los independientes obtuvieron 48 escaños, las dos grandes listas de la oposición de izquierdas sumaron 65 (27 de Apruebo Dignidad y 25 de Lista del Apruebo) y la derecha oficialista, que se presentó en una única lista denominada Vamos por Chile, alcanzó 38.
“Estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y liderazgos. Es nuestro deber escuchar con humildad y atención el mensaje de la gente”, dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera
Pero, hasta la promulgación del nuevo texto, ¿qué le espera al país?
Funcionamiento de la convención
La asamblea constituyente, la primera paritaria del mundo y conformada exclusivamente por miembros electos, tendrá hasta un año para redactar la nueva Carta Magna, la primera que nace de un proceso plenamente democrático en la historia del país.
En 200 años de independencia, Chile ha tenido tres Constituciones (1833, 1925 y 1980) pero ninguna redactada por una convención ciudadana elegida en votación popular.
El proceso culminará en 2022 con un plebiscito de salida y con voto obligatorio para aprobar o rechazar finalmente la nueva Carta Magna, que sustituiría a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y repudiada por su origen dictatorial y por privatizar servicios básicos como el agua o las pensiones.
Aunque todo apunta a que la nueva Carta Magna será refrendada, los expertos auguran un escenario incierto y de alta complejidad política en el caso de que gane la opción del “no”.
La convención comenzará a sesionar en junio y necesitará al menos dos tercios de los votos de sus 155 miembros para aprobar las normas del nuevo texto, un mecanismo que hará imprescindibles los grandes pactos entre las fuerzas políticas.
El antiguo edificio del Congreso, ubicado en Santiago, será el lugar de reunión de la convención, que trabajará de forma paralela e independiente al actual Parlamento, y que todavía debe determinar si las sesiones serán a puerta cerrada o abierta.
¿Quiénes redactarán el texto?
Contra todo pronóstico, la dividida oposición chilena y los independientes obtuvieron más de dos tercios de los escaños, mientras que la unificada derecha no obtuvo ni un tercio, el porcentaje que le otorgaría poder de veto durante la discusión.
“Con estos resultados se abre una nueva etapa y se dan las condiciones ideales para que se haya cambios sustantivos y que Chile avance hacia un Estado más social”, señaló Octavio Avendaño, académico del departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Casi la mitad de los constituyentes son independientes que buscan canalizar algunas de las principales demandas ciudadanas y que, en muchos casos, adquirieron popularidad a raíz de las masivas manifestaciones de 2019.
Su éxito en esta votación es visto como algunos expertos como el certificado de defunción de los desprestigiados partidos.
Lograron su escaño académicos como Fernando Atria, feministas como Alondra Carrillo, activistas como Giovanna Grandon (conocida en las protestas por “Tía Pikachu”), profesionales como Rodrigo Logan o la famosa líder mapuche Francisca Linconao.
También lo consiguieron caras conocidas de la política chilena como la excandidata presidencial de izquierdas Beatriz Sánchez o los exministros Cristian Monckeberg, Marcela Cubillos y Antonio Walker, entre otros.