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El Departamento de Estado de Estados Unidos hizo público ayer jueves el informe anual que entrega al Congreso y que recoge el reporte de todos los países que tienen presencia de grupos terroristas, entre ellos, Colombia y Venezuela.
A poco más de un mes de que el presidente de la República, Iván Duque, haya entregado al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, una copia del dossier con el que denunció el accionar del Eln en territorio venezolano ante la Asamblea General de la ONU, el informe del país norteamericano señala que “las fronteras porosas de Venezuela ofrecen un ambiente permisivo para grupos terroristas, incluyendo disidencias de las Farc y el Eln”.
El documento indica que “en mayo de 2018, por decimotercer año consecutivo, el Departamento de Estado determinó que Venezuela no estaba cooperando plenamente con Estados Unidos en los esfuerzos antiterroristas” y asegura que el dinero que mueven los grupos armados de origen colombiano ha soportado la corrupción en el vecino país: “Los lazos financieros entre las disidencias de las Farc, el Eln y otros grupos paramilitares facilitaron la corrupción pública y los esquemas de corrupción de funcionarios del Gobierno venezolano y miembros de las fuerzas armadas”.
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Además, revela el Departamento de Estado, existe una alianza entre guerrillas para controlar el territorio y las rentas ilegales: “De manera preocupante, hubo informes que señalaron la cooperación entre los disidentes de las Farc y el Eln en los puestos de control de carreteras, la distribución de alimentos subsidiados, el reclutamiento de comunidades indígenas y el tráfico de narcóticos y oro ilegales”, en medio de lo que el informe cataloga “el ambiente permisivo que ha mantenido Venezuela ante grupos terroristas reconocidos”, no solo aquellos de origen colombiano, sino además “partidarios o simpatizantes de Hezbolá”.
El informe hace hincapié en los incidentes ocurridos en 2018, “que dan cuenta del crecimiento de la presencia y control territorial del Eln en territorio venezolano”, tales como enfrentamientos entre esa guerrilla y “tanto grupos criminales como fuerzas gubernamentales de Venezuela”. Además, el reporte cita a la ONG InSight Crime para afirmar que el Eln está desplegado en los estados de Amazonas, Apure, Bolívar, Guárico, Táchira y Zulia.
Además, entre los incidentes registrados en el documento está el asesinato de tres integrantes de la Guardia Nacional Venezolana (GNB) y las lesiones sufridas por otros diez de ellos, durante una confrontación con el Eln ocurrida el 3 de noviembre de 2018 en zona fronteriza entre el Amazonas venezolano y Colombia, como retaliación al arresto de guerrilleros por parte de las autoridades venezolanas.
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Asimismo, destaca, el 13 de octubre los medios de comunicación registraron la “masacre de Bochinche”, en la que fueron asesinados 16 mineros en el caserío de Tumeremo, estado de Bolívar, cerca de la frontera de Venezuela con Guyana, a cientos de kilómetros de Colombia. Según reportes que cita el informe, la matanza fue atribuida a confrontaciones entre la banda delincuencial local “El Coporo” y el Eln, por el control de áreas de explotación de oro.
Capítulo Colombia
El informe del Departamento de Estado incluye su propio apartado sobre Colombia, en el que señala que el país “experimentó un modesto incremento de la actividad terrorista, a causa de los persistentes desafíos en materia de seguridad en las áreas que desocupó las Farc tras la firma del Acuerdo de paz”.
“Mientras que varios de los indicadores de seguridad mejoraron dramáticamente en comparación con la década anterior, otros de ellos empeoraron frente a 2017”, señala el reporte, que atribuye estos riesgos a las disidencias de las Farc, “que se estima, cuentan con unos 1.000 a 1.700 integrantes, que continuaron las actividades terroristas y criminales, particularmente en zonas de frontera”, además del Eln.
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“Después de la posesión del presidente Iván Duque, su Gobierno suspendió los diálogos de paz con el Eln de forma indefinida, hasta que el Eln libere todos los secuestrados y cese su actividad criminal”, indica el Gobierno estadounidense. No obstante, “en general, la cantidad de disidentes de las Farc y guerrilleros del Eln que fueron asesinados o capturados disminuyó en comparación con 2017”.
El reporte concluye destacando que la cooperación antiterrorista entre Colombia y Estados Unidos “ha permanecido fuerte” y que las autoridades colombianas “han continuado operando fuerzas de tarea conjunta entre el Ejército y la Policía para mejorar la coordinación en la lucha contra el terrorismo”.