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Ante la migración, un “santuario” para foráneos

El presidente Trump aseguró que contempla la opción de llevar los indocumentados a territorios liderados por demócratas. Así funcionan.

  • El presidente Donald Trump visitó la frontera de Estados Unidos con México a principios de abril. Allí se presenta el mayor problema respecto al manejo de la migración. FOTO AFP
    El presidente Donald Trump visitó la frontera de Estados Unidos con México a principios de abril. Allí se presenta el mayor problema respecto al manejo de la migración. FOTO AFP
16 de abril de 2019
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Cuando los norteamericanos no han superado el debate respecto a la construcción del muro en la frontera de Estados Unidos y México, llega un tema más: las ciudades santuario.

El presidente Donald Trump aseguró que para solucionar la migración irregular podría enviar a estas personas en autobuses a las ciudades santuario, en una declaración del viernes anterior. Estos son territorios del país que tienen políticas amigables con los extranjeros, los cuales cuentan con una característica: tener administraciones demócratas.

Y este fin de semana en una entrevista con la cadena ABC, la portavoz de la Casa Blanca, Sara Sanders, reveló que el mandatario considera enviar a los migrantes indocumentados a estas ciudades.

Sanders expresó que esta iniciativa se estudió meses atrás, pero se determinó que en ese momento “logísticamente había muchos retos, probablemente no tenía sentido seguir adelante y la idea no avanzó más”, indicó la portavoz. Pero Trump “escuchó la idea y le gusta, y estamos viendo si hay opciones que la hagan posible, haciendo una revisión completa y exhaustiva” del tema.

The Washington Post también reseñó que el proyecto se contempló en noviembre del año pasado y febrero de este 2019.

Así funcionan

No es que el gobierno planee crear espacios nuevos, por el contrario, se tienen registros de estos desde el año 2000. Coloquialmente se conoce como ciudades santuarios a las localidades que suelen limitar su colaboración con las autoridades federales para reportar a aquellos que estén en el país de manera irregular.

Un estudio realizado por la Federación para la Reforma de Inmigración (Fair, por sus siglas en inglés) estimó que para 2018 había 564 territorios santuarios en el país, una cifra que va en aumento al compararla con los 338 lugares que estaban registrados para 2016 o los escasos 40 que había en 2009.

Estos números evidencian que durante la administración de Barack Obama quien es un demócrata–, por ejemplo, aumentaron un 650 %.

Los estados de Illinois y Nueva York hacen parte de esa categoría de apertura al foráneo, junto a ciudades como Los Ángeles, Seattle, San Diego, Austin, Boston, Houston, Chicago, San Francisco o Denver.

Fair explica que en estas está prohibido preguntar a las personas sobre su estatus migratorio, reportar sospechas de extranjeros ilegales al gobierno federal, la detención de extranjeros criminales para ser arrestados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos o cooperar con o ayudar a los agentes federales.

California, por ejemplo, es uno de los estados más amigables con los extranjeros. Por su parte, Texas se convirtió en el opuesto a un territorio santuario. Y es que según reseña Fair, “el creciente número de jurisdicciones santuarios también ha provocado una tendencia contraria”.

Lo político en los santuarios

Lo que Trump propone es llevar a los migrantes que están en territorios fronterizos hasta alguna de estas 564 zonas. Su administración reta con esto, entonces, a los demócratas, que son los que han señalado tener puertas abiertas a los extranjeros.

David Castrillón, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado, explica que el presidente pretende desviar la mirada de otros asuntos un poco más incómodos para su gestión como la decisión de un juez de no permitir devolver migrantes a México hasta que se haga una audiencia. Busca “mover la base republicana y poner el balón en el campo de los demócratas porque invita a que ellos sean los que tengan que responder ante esta situación”.

La propuesta termina siendo una disputa más de los republicanos contra los demócratas. El senador de este partido, Ben Cardin, dijo a Fox News que se trata de “una movida política del presidente. No está interesado en una solución, sino en mantener un problema para las elecciones de 2020”.

Una cuestión que confirman analistas. Ya la carrera para los comicios de noviembre del próximo año comenzó y la reelección es una posibilidad que está sobre la mesa para Trump. Castrillón asegura que “todo lo que ocurra de acá a noviembre tendrá un contexto en las elecciones”.

Por su parte Emilio Viano, profesor de política internacional de American University, indica que el mandatario crearía un caos en estas ciudades mientras se aproximan las elecciones. Entonces, le diría a sus partidarios que eso es lo que pasa en las administraciones demócratas, que no saben administrar y les dan la bienvenida a ‘criminales’”.

Viano hace referencia a las declaraciones de la semana anterior hechas por el presidente, en las que señaló que los países centroamericanos “están mandando a verdaderos asesinos y pandilleros” a Estados Unidos.

¿La solución?

Pew Research Center, centro de Investigaciones ubicado en Washington, estima que para 2016 había 43,7 millones de migrantes, lo que representa el 13,5 % de la población total del país (327 millones). De estos, para 2015, 11 millones estaban indocumentados, la característica que más cuestiona la administración.

De cumplirse, millones de esos indocumentados tendrían que transportarse hasta las ciudades. Sin embargo, Rick Scott, senador demócrata, aseguró a CNN que la medida no es una solución. “¿Por qué no intentamos resolver el problema?” cuestionó, “nosotros amamos los migrantes, pero queremos migrantes legales”.

Catalina Cruz es demócrata y asambleísta por el distrito 39 de Nueva York. Explica que “el problema con las ciudades santuarios es que tendríamos que tener un país donde los migrantes seamos aceptados, respetados, y nuestros Derechos Humanos y civiles se hagan valer, pero como no lo tenemos está la necesidad de este tipo de ciudades”.

Y esa es la crítica que ha recibido la propuesta: lleva a los migrantes a un lugar, más no resuelve su estatus legal. Aunque la Casa Blanca esté estudiando lo que sería la nueva medida contra la migración, esta tendría que pasar por el Congreso o los tribunales antes de ponerse en marcha, lo que abre el interrogante respecto al apoyo que podría tener entre los políticos del país, especialmente en un contexto electoral.

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mil migrantes solicitaron la ciudadanía en 2017: Pew Research Center.
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millón de migrantes llegan cada año a Estados Unidos: Pew Research Center.

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