Estados Unidos ordenó el cierre del consulado chino en Houston, al que acusa de ser el “corazón” de una red de espionaje, decisión que se conoce en medio de crecientes tensiones entre las dos potencias.
La medida fue anunciada ayer por Pekín, que la consideró una “provocación” y amenazó con “represalias”, presagio de un mayor deterioro de las relaciones entre las dos potencias, enfrentadas por la ley sobre la seguridad en Hong Kong, las acusaciones de espionaje y la situación de la minoría uigur en el noroeste de China, entre otras diferencias.
El consulado fue cerrado “para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”, explicó Washington sin dar más detalles.
La portavoz del departamento de Estado, Morgan Ortagus, dijo que, en el pasado, el gobierno comunista había llevado a cabo “un espionaje masivo” en Estados Unidos e interfirió en política interior, ejerció presiones sobre responsables económicos y “amenazó a las familias sinoestadounidenses que residen en China”.
Estados Unidos tomó esa decisión debido al “persistente robo de tecnología estadounidense por representantes y agentes del gobierno chino”, dijo el vicesecretario de Estado, Stephen Biegun.
También mencionó “desvíos en el sistema de intercambios universitarios” y un comportamiento de los funcionarios del consulado chino en Houston que se considera “incompatible”.
EnDinamarca, el secretario de Estado Mike Pompeo, denunció una vez más el “robo de propiedad intelectual” por el Partido Comunista chino, tanto en Estados Unidos como en Europa, y mencionó el caso de los piratas informáticos imputados en Estados Unidos .