viernes
7 y 9
7 y 9
El azar quiso que justo el ancla de un barco, de muchos que pasan rutinariamente por allí, chocara el sábado pasado con un oleoducto que cruza al frente de la costa de California, Estados Unidos. Desde entonces, más de 570.000 litros de petróleo se han vertido en el océano sin que nada pueda detenerlos. Y pocos días han bastado para que la emergencia sea ya considerada el mayor desastre natural de la zona en tres décadas.
Lo del ancla es al menos la teoría más cercana a una explicación que encuentran hoy las autoridades. “Sí, es uno de los distintos escenarios que se están investigando”, señaló Martyn Willsher, presidente y director ejecutivo de Amplify Energy, la empresa propietaria del oleoducto afectado. La fuga en la plataforma Elly, frente a Huntington Beach, una ciudad de poco más de 200.000 personas, está siendo contenida por balizas de color blanco que pretenden impedir que la macha llegue a la playa.
Aún así, la afectación en la vida marítima ya es un hecho. Brianna Gonzales, una habitante de Huntington Beach y vecina de la playa, relató a la agencia EFE que “nunca” había visto tantos peces muertos en la costa californiana como en los últimos tres días. Además de Huntington Beach, los municipios de Newport Beach y Laguna Beach, todos en el condado de Orange, al sur de Los Ángeles, están siendo también damnificados por el derrame.
La preocupación de la magnitud del desastre también es compartida por las autoridades y activistas ambientalistas. “Vamos a sufrir el impacto de este derrame de petróleo durante generaciones”, lamentó el fiscal del distrito del condado de Orange, Todd Spitzer. La reacción de los ambientalistas ha sido más dura.
“¿Cuántos más de estos derrames tendremos que presenciar antes de que nuestros líderes electos comprendan que no existe una manera segura de extraer y transportar los combustibles fósiles?”, se preguntó en declaraciones a Efe Monica Embrey, directora de uno de los programas de Sierra Club. La ONG GreenPeace, a su vez, calificó la situación de “inaceptable” y exigió “el fin de la era del petróleo”.
La emergencia podría tener consecuencias. Un derrame similar en 2015 a unos 150 kilómetros al noroeste de Los Ángeles provocó el cierre de las últimas plataformas petroleras de Exxon Mobil frente a la costa de California