La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se hartó de la destrucción de patrimonio histórico en el mundo, especialmente en Medio Oriente. Sitios centenarios y milenarios ya no existen por cuenta de la guerra y el terror. En Siria e Irak, el Estado Islámico no perdona ninguna estatua mesopotámica, hecho que ha forzado a la coalición liderada por E.U. a fortalecer su lucha para proteger las invaluables ciudades arcaicas.
Su directora general, Irina Bokova, aseguró que los más recientes ataques contra el patrimonio demuestran que deben ser abordados como “crímenes de guerra”, durante su discurso en la inauguración de la conferencia extraordinaria en El Cairo, Egipto, como respuesta a los mismos.
“Hay mucho en juego. La destrucción y saqueo de museos y sitios arqueológicos ha llegado a niveles sin precedentes. El aniquilamiento de la herencia cultural es utilizado como una táctica de guerra para aterrorizar a las poblaciones, para financiar actividades criminales y para esparcir el odio”, afirmó.
“Debemos considerar esto como es: Un crimen de guerra”, agregó en una cumbre a la que asisten los mandatarios de 10 naciones árabes: Libia, Omán, Sudán, Arabia Saudita, Emiratos, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait y Líbano.
En meses pasados, videos difundidos por el Estado Islámico muestran a los terroristas destruyendo artefactos antiguos, generalmente asirios, en museos de Irak, y demoliendo templos de 3.000 años de antigüedad.
Pero no solo por los yihadistas el patrimonio histórico se ve amenazado hoy día en Medio Oriente y el mundo. Guerras como la de Yemen tienen en peligro estructuras que son testimonio del pasado. Precisamente hoy, la fortaleza de Al Qahira en la localidad de Taiz, en dicho país, fue alcanzada por bombardeos sauditas y destruida casi completamente.
El martes, a su llegada al Cairo, Bokova advertía que “se han producido ataques aéreos en zonas densamente pobladas, como son las ciudades de Sana’a y Saada. Además del sufrimiento humano que provocan estos ataques, destruyen el patrimonio cultural único de Yemen, que es depositario de la identidad y la historia”.
Consultado por EL COLOMBIANO, el Imam Julián Zapata, cofundador del Centro Cultural Islámico, consideró que “es sin duda un avance el no dar más ventaja a los grupos extremistas por estas acciones. Pero resta prevenir su fortalecimiento atacando su financiación y sus bases ideológicas salafistas, que destruyen todo legado contrario a ellos”.