Miles de migrantes ilegales esperaban este domingo, con miedo e incertidumbre, las anunciadas redadas que, según el presidente Donald Trump, conducirán a una ola de deportaciones en Estados Unidos.
En horas de la tarde del domingo, aún no había indicios de ningún gran operativo en la decena de ciudades donde los agentes esperaban arrestar a unos 2.000 migrantes indocumentados.
Medios de comunicación locales, como CNN y Fox News, indicaron que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) estaban actuando de acuerdo con lo previsto, citando fuentes no identificadas de esa fuerza. Sin embargo, no se informó ninguna operación significativa en las calles.
Muchos activistas patrullaron por varias ciudades para documentar cualquier arresto y aconsejar a posibles detenidos, mientras que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, aseguró a media tarde: “Aún no hay actividad”.
“Es muy difícil organizar la vida en torno a los anuncios de Trump”, dijo De Blasio, candidato a la candidatura demócrata para las presidenciales de 2020, y añadió que el sábado se habían reportado tres redadas, ninguna exitosa.
El subdirector del ICE, Matthew Albence, se negó a dar detalles sobre los operativos en una entrevista del domingo con “Fox News Sunday”. Lo mismo había hecho antes Ken Cuccinelli, director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en la Casa Blanca.
En varias ciudades norteamericanas los migrantes optaron por no salir de sus casas, para evitar ser interceptados por las autoridades estadounidenses. Incluso, por redes sociales compartieron recomendaciones para evitar una hipotética deportación.