La natalidad en distintos países del mundo es una preocupación por lo que implica para los sistemas pensionales y de seguridad social en salud. Para enfrentar esa realidad, los distintos gobiernos han planteado estrategias para contrarrestarla.
Sin embargo, en Rusia hicieron una insólita propuesta para aumentar los nacimientos: restringir la venta de juguetes sexuales.
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La idea fue del diputado Vitali Milónov (del partido Rusia Unida, de corte conservador y nacionalista), quien propuso que estos artículos sean vendidos únicamente con receta médica. Según Milónov, estos productos son innecesarios y perjudiciales, ya que, en su opinión, reducen la tasa de natalidad y afectan negativamente los valores sociales. Además, sugirió el cierre de sex shops.
Esta iniciativa se enmarca en una serie de medidas adoptadas por el gobierno de ese país para incentivar la natalidad. En ese sentido, recientemente se aprobó una ley que prohíbe la promoción de la ideología “childfree”, que defiende el derecho de las personas a no tener hijos. Además, se están considerando ideas como el pago de un salario a las amas de casa por sus labores domésticas.
La crisis demográfica en Rusia advierte que en 2024 registró una tasa de natalidad de 1,26 millones de nacimientos, la cifra más baja desde la caída de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Este declive poblacional, no obstante, se ha visto empeorado por una pirámide generacional invertida y políticas internas que han reducido la inmigración.
En respuesta a esta situación, el presidente Vladímir Putin ha instado a crear condiciones que fomenten el regreso de familias numerosas para alcanzar entre siete y diez hijos por hogar. Por eso se han implementado programas de apoyo a la maternidad, aunque los resultados han sido limitados y con poco impacto.
El diputado Milónov, conocido por sus declaraciones controvertidas, ha defendido su propuesta argumentando que los juguetes sexuales no deben estar disponibles sin restricciones. Según él, su uso puede llevar a una disminución en la procreación y a una alteración de los valores tradicionales.
“Este tipo de cosas no pueden ser de libre circulación. Si alguien las necesita, que el médico le escriba una receta para estos ‘accesorios’ si cree que la persona en cuestión tiene algún trastorno. Son dañinos y absolutamente innecesarios. Entre otras cosas, reducen la tasa de natalidad y afectan negativamente los valores de la sociedad. Creo que sería bueno que no hubiera tiendas como esas en nuestro país”, aseguró el político a medios rusos.
La propuesta ha generado debate en Rusia. Mientras algunos la consideran una medida necesaria para revertir la tendencia demográfica, otros la ven como una intromisión en la vida privada de las mujeres. De hecho, organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado su preocupación por posibles violaciones a las libertades individuales.
Además de la regulación de los juguetes sexuales, el gobierno ruso ha propuesto también beneficios fiscales para las familias con más de tres hijos y subsidios para la vivienda. Aun así, la efectividad de estas políticas aún está por determinarse.
Ante la situación demográfica de Rusia las autoridades continúan buscando soluciones, aunque las propuestas actuales han sido objeto de controversia y debate en la sociedad y solo el tiempo dirá si estas medidas logran revertir la tendencia de declive poblacional que enfrenta el país y el mundo.
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