Un nuevo caso de abuso contra las mascotas le da la vuelta al mundo, esta vez con la fortuna de un final feliz.
El héroe de esta historia es Pedro Dinis, un hombre residente en París, Francia, que mientras paseaba por su barrio junto a su mascota escuchó los quejidos de un perro.
Cuando el hombre llegó al lugar de donde se originaba el sonido su sorpresa fue gigante, allí se encontraba un perra, de raza dogo de Burdeos, de aproximadamente 10 años, enterrado con escombros y piedras, solamente su cabeza estaba por fuera de la tierra, además sus patas estaban amarradas para evitar se escapara.
Pedro Dinis llevó al animal al veterinario para que le proporcionara los cuidados que necesitaba, y fue en la clínica donde lograron establecer quien era el propietario de la mascota, gracias a la identificación que llevaba el animal.
La Policía logró dar con el paradero del propietario quien negó ser el responsable de enterrar al animal, sin embargo las autoridades siguen investigando para establecer porque el dueño nunca denunció la desaparición de la mascota.
El perro que se encontraba en estado de conmoción y presentaba un cuadro de deshidratación fue trasladado a una veterinaria local para recibir la atención médica necesaria.