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Baja la popularidad de los Gobiernos de izquierda en latinoamérica

La popularidad de varios gobiernos izquierdistas latinoamericanos, que han estado en el poder desde inicios del siglo XXI, parece estar disminuyendo.

  • Baja la popularidad de los Gobiernos de izquierda en latinoamérica
27 de mayo de 2015
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Corrupción y crisis económica son los dos asuntos que marcan la actualidad de varias naciones de la izquierda latinoamericana. En general, su popularidad se ha visto vulnerada, hasta el punto de que algunos gobiernos de la región pasan o han pasado recientemente por crisis política y de credibilidad.

Venezuela, Brasil y Argentina pueden contarse como los principales ejemplos de esto, aunque las coyunturas por las que atraviesan tienen sus matices. Las que eran en un momento las más dignas representantes de la izquierda regional, son ahora evidencia de su debilitamiento.

El chavismo tiene problemas para que los estantes de los supermercados tengan comida y bienes básicos en medio de una galopante inflación. El aparato productivo recibe cada vez menos incentivos y es creciente el uso de importaciones para intentar suplir la demanda.

Más aún, el país vecino pasa por un momento de escándalos políticos, con el presidente de la Asamblea Nacional, el oficialista Diosdado Cabello, así como varios funcionarios del gobierno, acusados de formar parte de un cartel del narcotráfico gestado desde las altas esferas del poder.

Es este caso, reportado por medios venezolanos, el que tiene a sus directivos huyendo y exiliándose, tras la demanda del número dos del chavismo en contra de 22 altos cargos de los medios de dicha nación.

Pero el escenario político del país vecino, casi acostumbrado a este tipo de arbitrariedades, parece no ser realmente la prioridad del pueblo venezolano. Tal como afirmó a EL COLOMBIANO Jesús Castillo, politólogo y director de la Fundación Zulia Productivo, “la ciudadanía en Venezuela está harta de los políticos. De los chavistas por la corrupción y por el mal manejo de la nación, pero también de los opositores por su división y desorden. En realidad, lo que mueve al venezolano a marchar en este momento es la situación económica, la escasez, la inseguridad y otros problemas que lo afectan”, argumentó.

Las cifras avalan este creciente desencanto de los venezolanos frente a la política. Según una encuesta de Datanalisis publicada el mes pasado, 65 por ciento de la población desaprueba la gestión del presidente Nicolás Maduro, y ocho de cada diez consultados creen que la situación del país es “negativa”. Por su parte, el índice de popularidad del mandatario se ubicaba en 28 por ciento.

Estos números se daban antes de que los venezolanos vieran cómo la dirigencia chavista es señalada de presuntamente participar en una trama de narcotráfico, por lo que hoy día podrían ser peores.

Estancamiento y corrupción

Los escándalos no son exclusivos de Venezuela, y tanto en Brasil como en Argentina la ciudadanía asiste a un bochorno similar por cuenta de los funcionarios de su gobierno.

El caso Petrobrás, que dejó en evidencia una compleja estructura de prebendas y sobornos para la firma de contratos con la empresa estatal más grande de A.L, puso en la mira de todos los brasileños a la presidenta Dilma Rousseff. Como muestra de esto, su popularidad en el mes de abril se ubicó en el 19 por ciento, un mínimo desde que el izquierdista Partido de los Trabajadores está en el poder.

Por otra parte, la economía no ayuda mucho, dado que se prevé su contracción durante 2015 en 1,24 por ciento. Mientras tanto, la inflación aumentará en 8,4 para este año.

Giovanni Reyes, doctor en Economía de la Universidad de Pittsburgh y docente de la Universidad del Rosario, considera que “la economía brasileña también se ha visto afectada por una ola de desconfianza que se consolidó tras el escándalo de Petrobras, por lo que el tema de la corrupción tiene mucho que ver”.

En Argentina, por su parte, el asunto económico es mucho más crítico, siendo que el propio ministro de Economía, Axel Kicillof, vaticina durante este año un aumento de precios de “entre el 15 y el 20 por ciento”. Esto sumado al actual litigio que sostiene la nación por la millonaria deuda externa que tiene con acreedores internacionales y que le ha significado impedimentos en la búsqueda de fondos.

Pero la corrupción tampoco se queda atrás. Hay varios casos en curso, como el Ciccone, que involucra al vicepresidente Amado Boudou, por presuntamente participar en la compra —incompatible para un funcionario del Estado—, de una imprenta argentina.

A esto se añade el turbio asesinato del fiscal Alberto Nisman, el 18 de enero, a pocos días de que este denunciara a la presidenta Cristina Fernández por presuntamente encubrir a los terroristas que atentaron contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) en 1994. Las marchas no se hicieron esperar a inicios de 2015, y la aprobación de la mandataria aún no se recupera, en un año en que los argentinos acuden a elecciones presidenciales, con un 40 por ciento en abril.

Matices

En diálogo con EL COLOMBIANO, Andrés Molano, director del Observatorio de Política y Estrategia en América Latina (Opeal), consideró que “no se puede hablar de una sola izquierda latinoamericana”.

“Hay regímenes que están pasando por momentos complejos como Venezuela, Brasil y Argentina. Pero hay otros que transitan una etapa formidable y estable como Uruguay. Otros con favorable desempeño económico a pesar de dudas sobre libertades políticas como Bolivia y Ecuador. A eso se puede añadir el gobierno chileno, que aunque ha sufrido por casos de corrupción, se intenta reestructurar y recuperar antes de un proceso constituyente”, agregó.

“Lo que sí es cierto es que estamos ante una izquierda mucho más desvertebrada que hace años. Se hacen más notorias las diversidades y la falta de sintonía entre sus gobiernos. Un ejemplo de esto es Brasil, que ha iniciado negociaciones de TLC con China, mientras que no ha consultado esto en Unasur. Estos asuntos se hacen cada vez más evidentes”, concluyó.

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