Quedarse quietos no es una opción para los habitantes del barrio El Faro, en la comuna 8. Puede que les falten muchas cosas, incluyendo agua potable, pero les sobra iniciativa y organización comunitaria.
En El Faro, ubicado en la punta de la montaña, a unos 10 minutos del Centro, el viento es frío, el aire puro y siempre hay alguien haciendo algo: limpiando una quebrada, reforzando un talud o sembrando.
Desde hace más de una década libran una pelea por el agua potable, un derecho elemental que ni EPM, ni los alcaldes de turno, ni la dirigencia política han sido capaces de garantizarles. Por eso han impulsado sus propias soluciones.
Sus habitantes lanzaron la campaña “Agüita pa´ mi gente” con la que esperan recoger recursos suficientes para construir una pequeña planta de potabilización para tratar el agua del acueducto comunitario que beneficiará a 500 personas, unas 100 familias, que están por fuera de la cobertura que estableció EPM.
Resulta que tras una década de lucha con EPM, la empresa por fin adelanta la instalación de la infraestructura para el acueducto, pero este solo abastecerá a una parte del barrio. Las familias que se encuentran en la parte alta siguen desprotegidas, viviendo todos los días con las afugias por falta de este servicio.
En El Faro tienen un sistema de acueducto comunitario que se surte de la quebrada La Castro, la más grande de las tributarias de la quebrada Santa Elena. La comunidad lo cuida como un tesoro. Tienen toda una red de alerta en la que se coordinan entre los vecinos para detectar daños o riesgos. Hacen brigadas de limpieza y se parten el lomo para mantenerlo funcionando. Pero la realidad es que su agua no es apta para el consumo humano por más que cientos de familias decidan correr el riesgo de las enfermedades que padecen a lo largo del año por consumirla, porque no tienen más opción.
Por eso se pusieron la meta de construir la planta de potabilización con capacidad para 10.000 metros cúbicos de almacenamiento y un kilómetro cuadrado de cobertura.
Para lograrlo, explica José Gabriel Vélez, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal, necesitan recolectar $7.000.000. Construirla tiene un valor de $14.000.000 pero ya la Corporación Jurídica Libertad, que ha acompañado los proceso de la comuna 8 a través del Movimiento de Laderas, aportó la mitad.
Aunque la aguja empezó un poquito pegada, los habitantes de El Faro confían en que despegue con fuerza para hacer realidad un proyecto que puede transformar su cotidianidad. “Seguimos con toda la actitud positiva, muy esperanzados en que vamos a encontrar personas que se quieran sumar a esta causa y nos apoyen en esta campaña”, señala Gabriel.
Y mientras avanza la campaña, en el barrio se mueven en otro frente de trabajo. Los habitantes de la comuna 8 organizados en el Movimiento de Laderas han convertido sus carencias en potencial para alcanzar su autonomía.
Ya lo hicieron en el barrio El Pacífico con la Escuela Popular de Autonomía Energética en la que los vecinos desarrollaron los conocimientos necesarios para construir una rueda Pelton con sus propias manos, valiéndose de elementos a su alcance como cucharas para mazamorra y baterías de computador recicladas, con la cual lograron generar 34 kilovatios con el rebose de las aguas de la quebrada La Rafita, la misma que les ha causado problemas por cuenta de varias emergencias.
Ahora en El Faro, la Escuela de Autonomía Hídrica tiene en marcha un proceso con la comunidad para desarrollar un sistema de recolección de aguas lluvias y cosechar el agua en los techos. En el barrio las universidades de Antioquia, Nacional y de Edimburgo instalaron un sistema piloto en la sede de la JAC cuyo propósito es recoger agua lluvia en los techos, filtrarla y luego poder hacerla potable.
Si el piloto es exitoso sería un triunfo doble. Porque además de abastecer a las familias garantizaría que esa escorrentía que corre por la ladera sin control y termina provocando deslizamientos y daños logre ser contenida.
En pocos barrios de la ciudad es posible encontrar una comunidad tan activa en cuanto a la gestión del agua como recurso y como derecho fundamental.
Lo hecho por el Movimiento de Laderas ha sido incluso resaltado por medios y organizaciones en Europa como ejemplo de cómo los ciudadanos de a pie pueden convertir el conocimiento en soluciones concretas contra la crisis climática y la escasez de recursos.
Si quiere sumarse a la lucha de los habitantes de El Faro por obtener agua potable puede hacer su aporte a la cuenta de ahorros Bancolombia número: 00800004057 y comunicarse al 304-644-60-13 con Carlos Velásquez, líder del Movimiento de Laderas.
