El cacay, conocido como la “súper nuez” y como uno de los frutos más promisorios de la biodiversidad amazónica; el mitirí, que proviene del llamado “árbol de la vida” y que cuenta con un alto contenido de antioxidantes y provitamina A, y el propóleo, que tiene propiedades antibióticas, cicatrizantes, antiinflamatorias y analgésicas son los tres principales ingredientes naturales con los que el laboratorio de Prototipado de Cosméticos de la Universidad CES, sin experimentación animal, elaboró sus primeros productos: un bloqueador solar, un gel para imperfecciones faciales y un serum capilar.
Con la utilización de métodos alternativos, como el cultivo de células animales, bacterianas y humanas para la evaluación de la seguridad de los ingredientes y los productos para uso humano, el equipo liderado por Andrés Pareja, director científico de la Unidad de Toxicidad In Vitro del CES, formuló y desarrolló sus tres primeros prototipos para empresas del sector cosmético.
“Parte del componente innovador de los productos que desarrollamos está pensado en la cadena de valor del sector cosmético, ya que casi todas las empresas que producen cosméticos a nivel nacional están involucrando ingredientes naturales dentro de las formulación, pero muchos de estos vienen del exterior. Por eso, buscamos que los productores de materia prima y de ingredientes naturales, que son nacionales, se articulen con los de cosméticos y de esa forma se jalone el sector”, expresó Pareja.
Los orígenes
El aceite de cacay es el ingrediente principal del bloqueador solar, un fruto que involucra en su cultivo y producción a excombatientes y campesinos de Villavicencio, Meta, y que será comercializado por la empresa Kahai S.A.S.
“El cacay tiene una gran cantidad de antioxidantes y un alto contenido de vitamina D y de ácidos grasos. Sabemos que hay muchos protectores solares en el mercado, pero ahora hay una gran preocupación por el impacto que estos causan en el ambiente, ya que muchos son elaborados con filtros solares químicos por lo que tienden a bioacumularse (las sustancias químicas se acumulan en organismos vivos). En cambio, el que nosotros desarrollamos tiene filtros solares físicos, por lo que no se bioacumulan”, explicó Alejandra Monroy, química farmacéutica e integrante del equipo científico de los laboratorios del CES.
Por su parte, el extracto de propóleo en el que se basa el gel control de imperfecciones fue producido por 4 asociaciones antioqueñas de apicultores: Dappce, Asopisa, Miel del Bosque y Campo Dulce, en las que trabajan campesinos, madres cabeza de familia y excombatientes.
“Este gel está enfocado en brindar una mejor sensación a la piel con acné. Ayuda a mantener la piel en un buen estado e hidratada, también brinda una sensación de frescura y calma la sensación de irritación”, señaló Monroy.
Por último, el aceite de mitirí, que compone el serum capilar que comercializará la empresa de cosméticos Amazonian Wellness, proviene de Villagarzón, Putumayo, y es cultivado por familias campesinas e indígenas.
“Este serum tiene un alto contenido de antioxidantes y de provitamina A, lo que lo convierte en un ingrediente que aporta hidratación al cabello y emoliencia (sensación de suavidad). En este productos decidimos integrar también otros aceites vegetales para potenciar el efecto de suavidad, brillo e hidratación sobre la fibra capilar”, apuntó Monroy.
Pareja afirmó que estos prototipos cumplen con las promesas que ofrecen los grandes productos a nivel internacional: “Tienen ingredientes naturales, propiedades interesantes para el sector cosmético, son seguros, son evaluados mediante métodos alternativos al testeo animal y, además, cuentan una historia, ya que sus ingredientes provienen de diferentes comunidades”, dijo.
La comercialización de estos prototipos está a cargo de empresas de la industria cosmética con las que tienen alianzas. Su principal foco, como laboratorio científico, es la investigación y desarrollo y asegurar la seguridad y la eficacia del producto.
Demanda natural
Flavia Santoro, presidenta de ProColombia, le dijo a EL COLOMBIANO que la tendencia a usar productos elaborados con ingredientes naturales es cada vez más demandada por los consumidores del mundo, tanto en la industria cosmética como en la farmacéutica o la de alimentos.
“Colombia, al ser uno de los países más biodiversos, está alineado con esta tendencia con diferentes centros de investigación y empresas que buscan identificar las propiedades cosméticas de especies de plantas para fabricar ingredientes que puedan llegar a diferentes productos cosméticos en el mundo. Actualmente, estamos buscando cerrar brechas y dar a conocer estos ingredientes naturales”, dijo.
También aseguró que la pandemia ha reforzado en el consumidor su conciencia sobre el impacto que él mismo tiene en el mundo, llevándolo a buscar productos de origen natural y que sean además sostenibles.
Por su parte, Juan Carlos Castro, director Ejecutivo de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), le dijo a EL COLOMBIANO que se está a la espera de que este mes salga el decreto que permite hacer uso de todos los ingredientes de la biodiversidad colombiana y así facilitar la comercialización de este tipo de cosméticos.
Santoro agregó que esto abre una oportunidad interesante a los exportadores de Colombia para dar a conocer la diversidad de ingredientes que ofrece el país, así como el impacto positivo que estos desarrollos tienen en diferentes comunidades.
Pareja, por su parte, afirmó que el uso de ingredientes de la biodiversidad es uno de los cuellos de botella más grandes en el país: “Muchos de los ingredientes que tenemos no están bien caracterizados. Es decir, no hay análisis de efectividad y eficacia que puedan validar que realmente sirven para lo que dicen que sirven. Lo otro es que no hay sistemas productivos, no hay mucha oferta de ingredientes naturales o suficientes productores que puedan satisfacer una demanda internacional. Por eso buscamos reducir ese cuello de botella”, puntualizó.