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Lo que cobraba Darío Gómez por montarse a las tarimas

Era difícil conseguir una fecha en su agenda y, quienes lo contrataron, debían programarlo hasta con un año de anticipación.

  • El intérprete logró llenar La Macarena y la discoteca Palmahía en una misma noche. FOTO: ARCHIVO
    El intérprete logró llenar La Macarena y la discoteca Palmahía en una misma noche. FOTO: ARCHIVO
27 de julio de 2022
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Un cantante no solo se mide por la contundencia de su interpretación, también por su capacidad para generar ventas, algo que al fin y al cabo da cuenta de su grandeza y hace que resalte entre los demás porque, detrás del fervor popular, está lo que más importa en cualquier industria: el dinero.

Darío Gómez logró consolidar varios éxitos que han sonado por años en bares, fiestas patronales y discotecas. Durante mucho tiempo, fue el cantante que más raclamaron los seguidores de la música popular en Colombia. Y como al público hay que darle lo que pide, los empresarios buscaban la manera de contratarlo para atraer a los consumidores y generar ganancias.

El empresario Jorge Andrés Escobar, gerente de Palmahía, tuvo la oportunidad de contratarlo en 40 ocasiones y reconoció que concretar al intérprete no era cosa fácil, pues lo solicitaban permanentemente y su agenda se la pasaba llena. De hecho, en diálogo con EL COLOMBIANO, relató que lo tenía fichado para El Cantinazo 2023 y fue necesario apartar la fecha con un año de anticipación.

¿Qué tan rentable era subirlo a una tarima? El empresario comentó que la tarifa más reciente para poder contar con la presencia de Darío —en promedio— rondaba los $120 millones. Y resaltó que la inversión valía la pena porque dejaba un generoso retorno en boletería y licor.

Subrayó que la gente lo disfrutaba tanto, que por eso fue necesario habilitarle La Macarena y así se abrieron las puertas de los grandes escenarios a la música popular, que hasta hace algunos años era considerada de mal gusto, y fue el mismo Rey del Despecho el encargado de subirle el estatus e inspirar la nueva ola de artistas en el género.

Medellín era una plaza fuerte para este cantante, prueba de ello es que en una sola noche podía llenar La Macarena —con más de 12.000 asistentes— y luego llenaba la discoteca Palmahía, con capacidad para unas 2.500 personas, según resaltó el Escobar.

Faceta como empresario

Darío Gómez acumuló experiencia en la industria musical laborando para el sello Codiscos. Allí, de acuerdo con Álvaro Picón, vocero de la firma, “trabajó como ejecutivo en el área de la dirección artística, enfocado en la música popular y parrandera”.

“Ahí también se hacían grabaciones con Los Legendarios, que era su grupo. En su momento, Codiscos publicó alrededor de seis trabajos de larga duración (LP). Y como compositor los primeros pinos los hizo en esta casa disquera. Luego se va y ya como independiente lanza su propia compañía discográfica, Discos Dago”, relató Picón.

Las cuentas levantadas en el sector indican que logró producir cerca de 25 discos de estudio, y la mayoría de sus éxitos fueron producidos bajo el sello de Discos Dago, un espacio que también aprovechó para impulsar jóvenes talentos y continuar posicionando este género.

Con la llegada de las plataformas digitales el negocio de la música evolucionó y el medidor ya no son las copias vendidas sino la cantidad de reproducciones en las plataformas más populares, como Spotify y Youtube. Solo en 2021, según la Federación de la Industria Fonógráfica, se generaron ingresos por US$25.900 millones a través de estos sitios.

En ese campo, Darío Gómez cuenta con unas cifras nada despreciables, las 10 canciones más escuchadas en su canal oficial de Youtube suman aproximadamente 290 millones de reproducciones.

Uno de los últimos negocios del intérprete paisa fue el de los saludos por video. Un video personalizado del Rey del Despecho se tasaba en la suma de $404.000. Por otro lado, si el cliente deseaba un saludo para un grupo empresarial, algún tipo de entidad o sus empleados, el video podía ascender hasta los $2 millones.

Juan Camilo Quiceno Ramírez

Soy afortunado porque me gano la vida haciendo lo que amo. Fanático de la salsa brava y los timbales. Amo a mi familia.

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