“Recuperando la verdadera historia”. Con ese lema, un grupo de empresarios del sector gráfico decidió darle nueva vida a la Comuna 10 —el centro histórico de Medellín—, donde nacieron las artes gráficas de la ciudad y donde, décadas atrás, se imprimieron relatos culturales y económicos que marcaron generaciones.
Fabio Sánchez, coordinador y líder del proyecto, recuerda que la zona fue cuna de tertulias, cafés y grandes encuentros. Pero el abandono, la inseguridad y el deterioro urbano borraron buena parte de esa tradición.
“La verdadera historia del centro es que aquí se fundaron las primeras empresas de artes gráficas, aquí nació Medellín, aquí está la Candelaria y el Museo de Antioquia. Por eso decidimos no irnos, sino crecer y seguir aquí”, dice.
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El nacimiento del clúster gráfico en Medellín
El Distrito Gráfico Medellín fue inaugurado el 23 de agosto como un clúster que reúne a empresas, proveedores y compradores del sector gráfico en un mismo espacio.
El proyecto tiene como epicentro la calle Juanambú, entre la avenida De Greiff y Cúcuta, una zona cargada de historia que busca convertirse en referente empresarial y cultural.
Hoy, en un área de unos 1.200 metros cuadrados, conviven cerca de 28 empresas, de las cuales nueve ya hacen parte del distrito formalmente. Todas pertenecen al sector de las artes gráficas: impresión litográfica, gran formato, corte láser, avisos, publicidad exterior, insumos y distribución.
Lo que encuentra el público en el Distrito Gráfico
Quien visite la calle Juanambú se topará con un ecosistema especializado. Allí funcionan distribuidores nacionales como ADH, con más de 30 años en el mercado de adhesivos, y JM, empresa bogotana que abrió sede en Medellín para sumarse a la iniciativa.
Además, hay múltiples talleres de impresión en acrílico, corte láser y gran formato. El valor agregado: los clientes no dependen de un solo proveedor, sino que pueden comparar opciones, precios y calidades en un solo recorrido.
“Es como una feria permanente de artes gráficas. Los visitantes encuentran transformadores directos, productores con experiencia y opciones innovadoras que difícilmente hallarían reunidas en otra parte”, destaca Sánchez.
A mediano plazo, el proyecto busca crecer más allá de una cuadra, extenderse por la zona y aprovechar las oportunidades del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Para Sánchez, la clave será planear con ejecución, no basta con diseñar mesas de trabajo, es necesario invertir en obras y consolidar infraestructura.
El reto mayor será romper estigmas sobre el centro. “Muchos clientes nos piden atenderlos a domicilio porque no quieren venir por los problemas de la zona. Pero cada vez más se está viendo un cambio. Lo que queremos es que el Distrito Gráfico sea el ejemplo de que sí es posible transformar con obras y con unión”.
Impacto social y urbano en la Comuna 10
El distrito no solo busca negocios. También es una estrategia de recuperación urbana en una de las zonas más golpeadas por la inseguridad y el deterioro físico.
Los empresarios han organizado mingas comunitarias para pintar fachadas, recuperar andenes y limpiar con hidrolavadoras las calles, logrando que incluso la población vulnerable entienda que esa cuadra tiene un nuevo orden. “Con ejemplo, no con violencia, hemos ganado terreno”, dice el líder.
El efecto ha sido visible, hoteles cercanos han comenzado a adecuar locales comerciales para vincularse al clúster, viendo más futuro en el sector gráfico que en la vieja vocación hotelera de la zona.
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El último censo identificó 90 empresas en la cuadra, con un promedio de cuatro a cinco empleados por cada una. Eso significa que solo en esa calle trabajan entre 500 y 600 personas de manera directa. A ello se suman los empleos indirectos generados por proveedores, distribuidores y aliados nacionales.
“Estamos construyendo un tejido social y económico. No somos un sector informal, son empresas consolidadas, con experiencia, que decidieron quedarse aquí”, enfatiza Sánchez.