Entre los 35 artículos que contempla el proyecto de ley de Inversión Social –o reforma tributaria– que el Gobierno llevó al Congreso, tres hablan de lo que sería la adopción definitiva de los días sin IVA en Colombia, como mecanismo para la recuperación económica.
Específicamente son el 27, el 28 y el 29, que le apuntan a establecer hasta tres jornadas de este tipo, las cuales movieron 13,9 billones de pesos el año pasado, según la Dian (ver Informe).
Así, habría siete categorías cubiertas por la exención del impuesto en las fechas que el Gobierno Nacional determine, como vestuario y complementos de vestuario (morrales, bolsos de mano y maletines, entre otros).
Además se incluyen electrodomésticos, computadores y equipos de comunicaciones; elementos deportivos (balones, raquetas o bates, por ejemplo); juguetes y juegos; útiles escolares y bienes e insumos para el sector agropecuario.
Haciendo el cálculo con la Unidad de Valor Tributario (UVT) de este año, que es de $36.308, en el caso del vestuario y de los complementos aplicarían al beneficio las ventas por unidad iguales o inferiores a $726.160 (20 UVT); por su lado, para electrodomésticos, bienes deportivos y productos para el ramo agropecuario dicha tarifa sería de $2.904.640 (80 UVT).
Adicionalmente, el tope estaría en $363.080 (10 UVT) para juguetes y juegos y en $181.540 para los útiles escolares, según se lee en el texto que fue radicado ante el Congreso el 20 de julio.
La firma PricewaterhouseCoopers (PwC) recuerda también que en este caso “se mantiene la regla respecto de la cual la enajenación de los productos cubiertos con esta exención no dará derecho a devolución/compensación”.
Ciclo comercial
Y aunque la experiencia que dejó 2020 sobre esta idea del Ejecutivo en términos de demanda fue positiva, hay temas estructurales que dan pie para hacer reparos.
Uno de quienes así lo asegura es Camilo Herrera, fundador y presidente de la consultora de consumo Raddar: “El día sin IVA demostró ser una oportunidad muy importante para dinamizar el comercio y permitir que muchos de los hogares tuvieran acceso a bienes que, por la situación económica del momento, no les quedaba fácil”, analiza.
Sin embargo, hay dos dilemas: “Si las fechas se dan por anticipado y se definen de manera fija, la gente puede esperar hasta esos días para hacer las compras de los bienes durables y se afectaría el ciclo del comercio en Colombia; y segundo, la facturación es un proceso distinto al pago y lo que se ha planteado es que el Gobierno permita que esta se pueda hacer hasta uno, dos o tres días después de la compra”, complementa Herrera.
Más allá de ello, el ejecutivo de Raddar respalda la iniciativa teniendo en cuenta las interesantes cifras que dejó el año pasado. Y es que, explica la Dian, en términos de movimiento de recursos el 48 % del comercio se emite con factura electrónica y para este caso se observaron $2,6 billones, $1,3 billones y $2,8 billones respectivamente, durante las tres jornadas sin el impuesto.
En tanto, “se estima que el restante 52 % de comercio, que se emite con trilla y documentos equivalentes, haya realizado ventas por $2,8 billones, $1,4 billones y $3,0 billones, respectivamente, en los tres días de la medida; lo que equivaldría a un total de ventas del sector comercio el primer día de $5,4 billones, el segundo día de $2,7 billones y el tercer día de $5,8 billones”, manifiesta la entidad.
¿Innecesarios?
El director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, Luis Carlos Reyes, considera que esta estrategia "es poco importante" en términos del alivio tributario que le da a los consumidores y para las finanzas del Estado. En cambio, "complica innecesariamente el estatuto tributario y la administración tributaria".
De hecho, un análisis de ese Observatorio sobre la propuesta de reforma dice que “sería idóneo prescindir” de las jornadas sin IVA, sobre las cuales ha explicado anteriormente su bajo impacto.
Ello tomando como referencia, entre otras cosas, el costo fiscal de $351 mil millones que tuvieron en 2020, pues si bien es una cifra importante, no marca una diferencia sustancial frente a los más de $32 billones que la Dian recaudó por impuesto a las ventas el año anterior.
Aquí cabe mencionar que el Gobierno ya ha estimado el peso que esta estrategia podría tener en adelante. Según Minhacienda, para 2022 el costo fiscal representaría 0,11 % del PIB, en tanto que de 2023 en adelante equivaldría al 0,05 %, es decir, unos $500 mil millones anuales.
Expectativa
A pesar de ese impacto la Dian exalta que la medida también estimula actividades económicas de productos diferentes a los que fueron sujeto de la exención del impuesto. Así, recuerda, el 19 de junio del año pasado las ventas de bienes no cobijados subieron 287,8 %; el 3 de julio crecieron 86,8 % y el 21 de noviembre 304,2 %.
Por eso, a ojos de los comerciantes la propuesta es positiva. “Destacamos la inclusión de los tres días sin IVA, por año dentro de esta reforma; creemos que va a ser un gran dinamizador de la economía y del comercio del país”, resalta Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
Entre tanto, en un análisis más profundo, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) reseña que todos los esfuerzos que contempla Inversión Social para impulsar la reactivación son bienvenidos y necesarios, pero “deben ir de la mano de políticas que dinamicen el mercado laboral, en especial para las mujeres, quienes fueron las más afectadas por la contingencia que generó la emergencia sanitaria”.
Por ahora continúa la expectativa por el avance de la reforma y es claro que además de estímulos para el gasto, también serán necesarias medidas de fondo que ayuden a recuperar el bolsillo de los colombianos
$351
mil millones fue el costo fiscal de los días sin IVA en 2020: Dian.
