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Seguros contra el miedo a perder el empleo

En el mercado pueden hallarse opciones diversas que ofrecen protecciones temporales para las personas que quedan cesantes.

  • Seguros contra el miedo a perder el empleo
08 de marzo de 2021
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Ante una tasa creciente de desocupación, que el año pasado se elevó a 13,4 %, de acuerdo con las cifras del Dane, los seguros de desempleo se presentan como salvavidas temporales para los trabajadores que tienen miedo a perder su empleo en estos tiempos de incertidumbre.

En el mercado colombiano pueden encontrarse amparos diversos cuando la persona que paga estas pólizas pierde su empleo. El más común es el cubrimiento del pago de deudas de tarjetas de crédito y otros préstamos, que ofrecen todas las entidades del sector financiero. También hay pólizas que permiten al empleado recibir un ingreso fijo mensual, de libre destinación, hasta por seis meses.

“El seguro de desempleo es, esencialmente, una protección que brinda tranquilidad a nuestros clientes en situaciones difíciles, como la pérdida del empleo sin justa causa o el diagnóstico de una enfermedad grave”, explica Cristina Arrastía, vicepresidenta de Negocios de Bancolombia.

Para el caso de los trabajadores vinculados, con contratos a término indefinido o fijo, estos se complementan con el ahorro de las cesantías, aunque a veces esta protección al cesante es incierta, debido a que cada vez más trabajadores destinan sus ahorros a cubrir otras necesidades mientras aún conservan su empleo. También, según el nivel de ingresos, quienes pierdan su puesto de trabajo pueden recibir los auxilios que otorgan las cajas de compensación familiar.

Aunque los seguros de desempleo no son tan populares en Colombia, poco a poco se han ido abriendo paso en el mercado. En 2020 sumaron primas por 482.000 millones de pesos, con un descenso del 19 % frente a 2019, como consecuencia de la pandemia, según las cifras de la Federación Colombiana de Aseguradoras (Fasecolda).

Juan Esteban Alzate, profesional que acaba de volver a emplearse luego de cuatro meses cesante, dice que estos productos le hubieran podido ahorrar bastantes angustias los meses que prosiguieron a la terminación de su contrato como publicista en la empresa que lo había acogido durante cinco años.

“Aunque con la plata que recibí por las cesantías pude sobrevivir y pagar los gastos mínimos de la casa, como el mercado y la cuota del apartamento, hubo cosas que me tocó aplazar por pura necesidad. Sobre todo las cuotas de dos tarjetas de crédito. Ahora que empiezo a trabajar, la opción de contratar un seguro de desempleo me parece muy importante”, afirma.

Las opciones

El “seguro de desempleo involuntario”, que es como denominan estos productos la mayoría de las organizaciones del sector financiero, se oferta con un menú de planes.

Una de las opciones más económicas la ofrece Seguros Falabella. Es un seguro que cuesta 12.900 pesos y alcanza para cubrir 6 cuotas del crédito, por valor de 250.000 pesos. Las tarifas promedio de las demás entidades oscilan entre los 19.000 y los 30.000 pesos, dependiendo del valor del crédito asegurado.

“Los costos dependen principalmente del valor de la cuota correspondiente y el número de cuotas de la obligación que vayan a cubrirse. Las coberturas de pérdida de ingreso buscan ofrecer una protección que permita seguir cumpliendo las obligaciones financieras que se tienen con una entidad”, señala Margarita Henao Arango, gerente de Producto Vida y Rentas de Seguros Sura Colombia.

Dicha organización ofrece estos servicios a través de bancos, cajas de compensación, constructoras inmobiliarias, entre otras empresas.

En cada plan se determina el valor mensual máximo de la cobertura del crédito y el número de cuotas que cubre la prima pagada, que generalmente está entre 4 y 6 meses. La solicitud de estos seguros generalmente se realiza cuando se adquiere una obligación financiera.

“Están a disposición de los clientes persona natural que soliciten un crédito de libre inversión, libranza, vehicular, hipotecario e incluso tarjeta de crédito. Este seguro respalda el pago de las cuotas del crédito por un periodo de tiempo, brindando así respaldo al cliente en ese momento sensible en que ve interrumpidos sus ingresos”, explica la vicepresidenta de Negocios de Bancolombia.

Entre las opciones que ofrece este banco, y que son menos comunes entre los planes que presenta el mercado, se encuentra una cobertura para rentas de libre destinación desde 500.000 pesos y hasta 2 millones de pesos, durante seis meses.

Otras entidades también brindan la opción de consignar el valor asegurado para el pago de deudas a una cuenta personal, en caso de pérdida de empleo o incapacidad.

Condiciones

Dependiendo del portafolio de cada organización, las aseguradoras y los bancos brindan coberturas tanto para empleados dependientes como para personas independientes.

“La cobertura está pensada para los empleados en caso de que haya una pérdida involuntaria de su empleo y para los independientes en caso de que no puedan seguir generando ingresos a raíz de una incapacidad temporal”, especifica Henao Arango.

Eso sí, en todos los casos se deben cumplir ciertas condiciones. Entre otras, se destaca la exigencia de que la pérdida del empleo sea de manera involuntaria; es decir, que el empleado a término fijo o indefinido haya sido despedido de manera intempestiva, sin haber llegado a un acuerdo con su empleador y sin justa causa. Cuando la razón del desempleo sea la terminación del contrato por el vencimiento de este, no funciona el seguro.

Las incapacidades que se cubren a los independientes también varían de una entidad a otra. La mayoría exige que estas superen los 15 días, pero algunas solo pagan las pólizas a partir de los 20 días.

De igual forma, se exige la existencia de un contrato formal de trabajo y que las personas sean mayores de edad y no tengan más de 69 años, aunque hay entidades que no cubren a ciudadanos con más de 64 años.

Otros amparos

Además de las opciones dispuestas a través del sector financiero, cabe mencionar que los trabajadores formales también tienen la posibilidad de beneficiarse del seguro de desempleo que se otorga por medio de las cajas de compensación familiar. Este beneficia a personas que devengan menos de cuatro salarios mínimos mensuales; es decir menos de 3.511.212 pesos

Las postulaciones para estos auxilios se pueden hacer a través de los sitios web de las cajas de compensación en que se encontraban afiliados quienes perdieron su trabajo, siempre y cuando cumplan con los requisitos para reclamarlos.

“Se pueden postular las personas que se encuentran desempleadas y hayan realizado aportes a una caja de compensación, como mínimo durante un año continuo, o discontinuo, durante los últimos cinco años”, señala Cristina Pérez, coordinadora administrativa de la Agencia de Empleo de Comfenalco Antioquia.

En el caso de esta última entidad, el subsidio para los desempleados se paga en tres cuotas mensuales, por valor de $605.684 cada una. Esta caja reportó 13.734 subsidios en 2020, que representaron una inversión aproximada de 31.300 millones de pesos.

La demanda por este tipo de apoyos creció el año pasado, debido a que la pandemia también produjo un aumento en la tasa de desempleo en Colombia y en la región.

“Desde que empezó el confinamiento hasta hoy, hemos entregado alrededor de 69.000 subsidios al desempleo, que equivalen a unos 133.000 millones de pesos; de los cuales 124.000 millones de pesos han sido recursos propios y el resto del Fondo de Mitigación de Emergencias del Gobierno”, asegura Paola Mejía, responsable de Empleo y Emprendimiento de Comfama. Históricamente, la caja estaba acostumbrada a entregar unos 25.000 subsidios al año.

Este tipo de cobertura incluye aportes al sistema de seguridad social, en salud y pensión, con una base de cotización por un salario mínimo, y la cuota monetaria por las personas a cargo.

Pese a las opciones, el cumplimiento de requisitos hace que muchos trabajadores consideren que no son tan funcionales. Es el caso de Johana Pulgarín, quien lleva años acostumbrada a trabajar de manera temporal como independiente para entidades públicas.

“A mí me llaman a trabajar dependiendo de que se activen los proyectos. Los contratos son a tres o cuatro meses, y a veces me quedo mucho tiempo esperando. Entonces estas opciones no me alcanzan a cubrir, ni siquiera para una incapacidad”, expresa.

Otras personas que quedan por fuera de estas son los trabajadores informales, que también tienen pocas posibilidades de acceso a crédito.

Sin embargo, quienes sí están cubiertos por los seguros o subsidios pueden encontrar en estos un antídoto para el miedo que produce la posibilidad de perder el empleo, sobre todo en épocas de crisis

$482
mil millones se pagaron en primas por estos seguros en 2020: Fasecolda.

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