Bajo este contexto, JPMorgan prevé menores ingresos, pero un mayor margen fiscal para el próximo año, mientras que Goldman Sachs afirma que el cambio en la orientación fiscal es un paso en la dirección correcta.
A pesar de ello, la entidad también cree que esta medida es ‘retrospectiva’ en tanto que la reducción actual del gasto casi que coincide con la cantidad en que la recaudación de ingresos tributarios es inferior a sus objetivos para este año.
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“La materialización de algunos de los riesgos fiscales que destacamos en el pasado (como una parte considerable de los ingresos tributarios procedentes de fuentes inciertas) requirió una reducción del gasto primario para evitar recurrir a la emisión de deuda para financiar el presupuesto en condiciones muy costosas”, expresó el análisis de Goldman Sachs.
Aunque considera que la aceleración del déficit podría deberse a factores estacionales puntuales, la recaudación tributaria se ha mantenido por debajo del objetivo de forma considerable en el trimestre. Por su lado, JPMorgan reconoce los esfuerzos del Gobierno por continuar con una política fiscal anticíclica, aunque considera que el déficit fiscal seguirá siendo alto.
Así mismo, desde la entidad se contemplan emisiones de títulos de tesorería por $60 billones, de los cuales $45 billones se obtendrían a través de subastas y sindicaciones, $13,5 billones de colocaciones directas y $1,5 billones a través de la emisión de TES verdes.
Finalmente, ante un escenario de insuficiencia, Goldman Sachs no descarta que el Gobierno deba hacer un ajuste adicional del gasto y de la emisión de la deuda en caso de que el déficit fiscal no cumpla con las expectativas.