Nueva central de beneficio para café

La central de beneficio La Chaparrala de Andes se inaugura este viernes, 14 de diciembre. Foto: Cortesía De los Andes Cooperativa.

Ferney Arias Jiménez

14 de diciembre de 2018

bookmark

US$5,5

millones se invirtieron en la construcción de la central de beneficio La Chaparrala.

De los Andes Cooperativa pone hoy en servicio su tercera planta de beneficio de café, ubicada en la vereda La Chaparrala del municipio de Andes, en el Suroeste antioqueño.

El complejo tendrá cobertura en nueve veredas de esa población, zona en la cual se encuentran 320 asociados de la entidad, y 835 fincas entre afiliados y no afiliados.

Juan David Rendón Cañaveral, gerente de la cooperativa de caficultores, señaló que se trata de una de las mayores inversiones en agroindustria en café en el área rural en Colombia, la cual demandó 5,5 millones de dólares.

Para este desarrollo se contó con el apoyo de F. Gaviña & Sons, Inc., una sociedad de raíces cubanas pero asentada en Los Ángeles, Estados Unidos, enfocada en la producción de café gourmet, la cual posee una planta de tostado de café con capacidad de hasta 60 millones de libras, en la que se ocupan unas 25o personas.

Según Rendón la nueva central, tercera que construye De los Andes (las otras son La Arboleda en Jardín y Farallones Ciudad Bólivar), beneficiará a cientos de cultivadores y cambiará la forma de hacer caficultura en Colombia con innovación y tecnología. “Se trata de unas 1.500 hectáreas, en las que hay una producción estimada anual de 3,37 millones de kilos de café”.

Sostenibilidad

La central de beneficio de La Chaparrala será amigable con el medio ambiente, pues dispone de una planta de tratamiento de aguas residuales, una caldera para la zona de calor (para el secado del grano), que usa el residuo del proceso de café (cisco) y paneles de energía solar.

El impacto esperado con esta central, abarca aspectos sociales, económicos y ambientales, traducidos en mejorar la calidad de vida de los caficultores, quienes podrán destinar mayor tiempo a otras labores que incrementen la productividad; disminución en costos de beneficio e inversiones en construcción o mantenimiento.

Rendón resaltó la mitigación del impacto ambiental por los vertimientos de aguas que en adelante serán tratados. “Habrá una disminución en el consumo de agua utilizada para los procesos de beneficio húmedo, pasando de 40 litros de agua por kilo de café a tres o cinco litros, lo que su vez redundará en aumento en la calidad y permitirá estandarizar el proceso”.