La discusión por la posible integración entre Tigo y Movistar entró en su recta final y ya encendió las alarmas dentro del sector de telecomunicaciones. En una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, WOM Colombia pidió rechazar la operación o, en su defecto, imponer “condicionamientos estrictos” que impidan que el mercado termine convertido en un duopolio dominado por Claro y Tigo-Movistar.
El mensaje de Wom a Gustavo Petro
En la misiva, WOM le recuerda al presidente Petro su publicación del 16 de octubre, en la que el mandatario aseguró en su cuenta de X que la Constitución “ordena competencia” y que el país no debe permitir “carteles y monopolios” en el mundo empresarial. Petro también afirmó que la SIC tiene la instrucción de “atacar toda formación monopólica”.
Con ese antecedente, WOM sostiene que la unión entre Tigo y Movistar va en contravía de ese mandato, pues según la compañía, dos operadores quedarían con más del 90% del mercado, reduciendo de manera significativa el espacio para la competencia real.
Las advertencias de WOM
La empresa plantea que permitir la integración sin condiciones estrictas podría generar efectos negativos sobre la población colombiana, entre ellos:
- Aumento en los precios al consumidor.
- Reducción de la cobertura de servicios.
- Mayor brecha de conectividad, especialmente en zonas rurales.
- Más desigualdad territorial y socioeconómica, al limitar la entrada o supervivencia de operadores más pequeños.
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“Sabemos que la decisión no ha sido tomada aún. Creemos que debe ser rechazada, a menos que se impongan condiciones que permitan que los pequeños operadores sobrevivan, crezcan y compitan eficazmente, en beneficio de todos los usuarios”, indicó la compañía en la carta.
Y es que la integración entre Tigo y Movistar es una de las movidas más relevantes de los últimos años en el mercado de telecomunicaciones. Sus defensores aseguran que la unión les permitiría ganar solidez financiera y mejorar inversiones en infraestructura; sus críticos, como WOM, advierten que se pone en riesgo la pluralidad del mercado.
La decisión de la SIC, que deberá conocerse antes del 21 de noviembre, será determinante. De aprobarse sin restricciones, consolidaría un mercado en el que dos grupos tendrían una participación dominante. De rechazarse o condicionarse, se abriría un escenario distinto, con reglas más estrictas para evitar concentraciones excesivas.
Mientras tanto, el sector permanece a la expectativa. Lo que decida la Superintendencia no solo impactará la competencia entre operadores, sino también el futuro de la conectividad y los precios que pagarán millones de usuarios en Colombia.