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diego agudelo
Crítico de series
La ficción de José Saramago en la que una epidemia de ceguera ataca a los seres humanos y, además de confinarlos a la oscuridad, los devuelve a una especie de sociedad primitiva y voraz es temible. El libro puede leerse como una historia de terror. La película que adaptó la novela en 2008 (Blindness), también se eleva como un relato sobrecogedor cargado de suspenso y una dosis excesiva de sufrimiento. Saramago hace que sus protagonistas recuperen la visión para contemplar las atrocidades que han cometido y de las que han sido víctimas, pero no deja de ser inquietante preguntarse cómo hubiera sobrevivido la humanidad si la ceguera jamás hubiera desaparecido.
See, la nueva serie de Apple TV+, es una posible respuesta. No sé si el creador, Steven Knight, tomó como punto de partida para su idea la obra de Saramago, pero es inevitable establecer una relación. En la serie, una producción de amplio presupuesto con la que Apple espera robarle audiencia a sus competidores, un virus aniquila a casi toda la población mundial. Los pocos sobrevivientes (apenas dos millones de personas) se reponen de la epidemia pero quedan ciegos, así como sus descendientes y las generaciones posteriores. Varios siglos después, los nombres de las ciudades han sido olvidados. Todas las tribus que habitan esta tierra salvaje han aprendido a moverse guiadas por sentidos remanentes que se agudizaron. Son sociedades primitivas de lanza, espada y bastón que tienen su propio orden jerárquico y una cosmogonía erigida bajo el principio de que la luz es el mal supremo.
Jason Momoa es el protagonista de la historia en la que lo retratan como un guerrero monumental, Baba Voss, espadachín imbatible al mando de una modesta tribu de las montañas a la que cierto día llega una extranjera embarazada. Baba Voss la toma como esposa, dispuesto a adoptar a la criatura que viene en camino. La trama arranca justo en el momento del parto. Mientras la mujer da a luz en una caverna, al poblado se acerca un grupo invasor, cazadores de brujas que planean arrasarlos pues andan en busca de un esclavo que profesa la herejía de la luz, ya que nació con la capacidad de ver, a diferencia de sus semejantes. Es el padre de los mellizos próximos a nacer y que, por supuesto, heredarán su poder. Bajo esta premisa arranca esta distopía épica que cautiva desde la primera secuencia, en la que se desata una batalla que contribuye a entender un poco ese mundo de ciegos. ¿Cómo pueden transitar un bosque espeso, esgrimir armas letales y embarcarse en cruentas peleas? Los sentidos que les quedan son su arsenal: hay husmeadores que reconocen la presencia de forasteros en el aroma del aire, algunos pueden reconocer la cantidad de caballos y perros del ejército rival escuchándolos a cientos de metros de distancia, otros exploran la vanguardia con látigos que les revelan la presencia de los invasores. Cada miembro de la tropa tiene habilidades especializadas y en los momentos de lucha despliegan tanta furia y destreza que a su lado, contar con el sentido de la vista, parece una desventaja.
Los tres episodios que estrenó Apple TV+ dejan adivinar una trama en la que los niños que pueden ver serán eternos perseguidos: una reina maldita quiere capturarlos porque envidia el don que les fue dado, despliega sus ejércitos de invidentes rapaces a través de bosques y valles en los que se pueden ver las ruinas de una civilización que es considerada un mito. La recreación de este futuro distante es una de las virtudes más notables de la serie. Los paisajes muestran una tierra donde la naturaleza recuperó su territorio perdido. Es válido pensar que la ceguera es quizás un castigo justo para una especie que en algún momento de su historia dejó de ver las maravillas que la rodeaban.