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Periodista y editor de textos
Hoy voy a empezar por una cola: tres conceptos que mencioné, pero no ahondé en ellos, hace como un mes. Las diferencias diafásicas, diastráticas y diatópicas. Estos tres conceptos ayudan a analizar mejor la idea de la corrección y de la incorrección en lingüística. Y me ayudan a mí a sustentar, modestamente, no estoy inventando nada ni descubriendo que el agua se tibia, por qué he dicho aquí varias veces que en el plano oral no hay errores idiomáticos, sino formas. Y que esas formas siempre dependen de los entornos en los cuales convivamos desde la infancia.
Las diferencias diafásicas. Una cosa es hablar con el jefe o con un cliente y otra hablar que el amigo o la novia. Escogemos, sin pensarlo, una forma cuando hablamos de fútbol un domingo por la tarde y otra cuando atendemos una reunión maluca e innecesaria un lunes a las 8:00 de la madrugada.
Las diastráticas están en los niveles socioculturales. La forma también puede cambiar de estrato en estrato y, sobre todo, según la formación intelectual de cada quien: un médico habla como médico y un campesino habla como campesino, ninguno habla mejor que el otro, y a los dos los necesitamos. No voy a mencionar aquí las injusticias propias del sistema económico, no me compete. Ustedes deducen. Quien se ha dedicado a leer usa unas formas diferentes a las que usa quien no lee, porque el que lee absorbe el español pulido de los libros y quien no únicamente absorbe el español hablado de sus entornos, menos estructurado y más libre.
Las diatópicas están en cada zona donde hablamos español. Y en este aspecto el español es raro, porque lo hablamos en tantas regiones tan diferentes y, sin embargo, 1000 años después, y 500 para nosotros, los americanos, el idioma no se fragmentó. Tranquilamente podríamos haber producido 50 lenguas nuevas, así como el latín se fue partiendo en tantos romances. Les entendemos a los de Murcia, a los de Barcelona, a los de Canarias, a los de Montevideo, a los de Arequipa, a los de Sucre, a los de Guanajuato, a los de Tegucigalpa... Pero cada zona tiene su forma, sus formas. Una vez, estaba yo en Barcelona, y quise pedir una torta, pero para ellos una torta es un golpe. En Santo Domingo dije alguna vez que iba para la tienda. No, me dijeron, aquí se llama colmado.
Preguntan los lectores
Luis Díaz
Cordial saludo, Juan David. Este titular salió hoy lunes 14 en El Colombiano. Hay que leer el artículo para quedar sabiendo qué fue lo que dijo Cochise: si Merckx era mejor o Cochise era mejor. Podría haber sido: “Cochise le dijo a Merckx que Cochise era mejor...”.
El titular al que se refiere Luis es este: “Hace 50 años, en el Tour, Cochise le dijo a Merckx que era mejor que él y hasta lo llevó a su casa en Medellín”. No voy a leer el artículo aún. Voy a tratar de descifrar. Pero ya aquí el titular falla: tengo que descifrarlo, y un titular no puede ser un acertijo. El titular ha de agarrar al lector porque lo interesa en el texto que viene, no porque lo pone a adivinar. Yo no puedo decir mucho porque siempre he sido pésimo titulador.
Así lo descifro yo, ya me tomé una aguapanela: si Cochise le dijo a él, entonces ese él era el mejor, y ese él viene siendo Eddy Merckx. Deduzco.