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Periodista y editor de textos
Preguntan los lectores
Miguel Fernando Restrepo. En la edición impresa de El Colombiano de hoy hay un grave error: “Viva, el dedo en la yaga”.
Los lectores solemos asustarnos cuando nos encontramos con estos errores, y ser implacables, además. No se imaginan lo que nos duele y arde a los que estamos del otro lado del texto.
Obviamente, este es un error por descuido, no por falta de conocimiento. Es decir, estoy seguro de que el colega sabe que quiso decir llaga, con ll, pero el diablo se involucra entre las letras. Normalmente, el corrector automático nos señala estos gazapos (nunca envíen un texto sin pasarlo por un corrector automático o sin releerlo. Nunca). Ahora, como la forma yaga existe, el corrector no la señala como una palabra mal escrita (con rojo en Word). Yaga es una conjugación del verbo yacer: “Yaga en ese lugar”, que equivale a quédese en ese lugar. Si el colega usó Word para escribir, antes del programa propio del periódico, el corrector automático debió habérsela marcado con azul, como un error gramatical.
Luis Fernando Vanegas. Buenas tardes, Juan David. Titular de El Colombiano el día de hoy: “398 colegios esperan por las obras”. Sobra el por. ¿Estás de acuerdo?
Luis, la secuencia esperar por no es muy querida entre algunos académicos, por cuanto es un calco, dicen, del inglés wait for (esperar por, si traducimos literalmente). Según ese criterio, sí sería más adecuada la construcción “398 colegios esperan las obras”.
Jorge Alberto Cano. Hola, Juan David. Te envío esta foto donde encuentro, creo yo, un error ortográfico. Te agradezco me aclares: “Megarollo”.
Sí, Jorge, es megarrollo, con rr para que suene fuerte. En Megarollo suena el fonema simple /r/, como el de cara o cariñoso, y necesitamos el fonema fuerte /rr/, como el de rápido o carro.
Por otro lado, anoten esto:
Secuencias que necesitan coma
Con vocativo. Hola, Juan. / ¿Qué cuentas de nuevo, Juan? / Juan, hágame un favor. / No entiendo, Juan, lo que quieres decir.
Con incisos. Gustavo Petro, presidente de Colombia, les habló a todos los colombianos. / La semana pasada, exactamente el sábado, salí a vacaciones. / Salí corriendo y, como si fuera poco, me caí. / Tu cara, que es hermosa, me recuerda a alguien más.
Con interjecciones. Ay, qué susto tan horrible. / Dios mío, qué hago / Ah, ya. Ahora sí entiendo.
Con apéndices confirmativos. Estás aburrido, ¿cierto? / No me crees, ¿verdad? / Vas perdiendo el año, ¿sí o qué? / Llegaste muy tarde, ¿no?
Con adversativas. Estás tranquilo, pero no estás feliz. / Creo que no te ve como su mamá, sino como una amiga más.
Con condicionales. Si llega tarde hoy, no vuelve a oler calle. / Si quieres que te ayude, debes decirme toda la verdad. / Como me vuelvas a dejar esperando, me enojo en serio. / Si no quiere verme bravo, tráteme con respeto.