Cantemos ¡Baracunatana!
Las canciones componen el ADN de nuestra idiosincracia: son memoria, alegría, tristeza, esperanza, sangre, lágrimas, celebración y el recuerdo que nadie nunca nos va a borrar.
Por eso, además de compañeras sonoras que nos alegran la vida, se convierten en el álbum familiar, en el recuerdo exacto y en la dedicatoria perfecta.
Y en esta canción no hay nada más colombiano...