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Juan David Villa
Editor y periodista preguntasortografia@gmail.com
Esto va por una muy buena pregunta que me planteó el ingeniero Luis Fernando Castro. No la pego aquí porque no me cabe. Va como sigue. El mundo de las palabras es mágico, en el sentido de que no podremos saber todo sobre ellas. Esta palabra (resiliencia) ha llegado al español y se ha vuelto moda, como bien me dijo el inge, en el relato de la prensa deportiva. Más aún, creo que Juan Carlos Osorio (extécnico de Nacional), que es un tipo brillante, se la puso de moda a los comentaristas. Una palabra puede tener un significado técnico y otro (u otros) coloquial. Un significado en principio técnico se puede volver coloquial cuando a muchos les da por usar esa palabra.
La definición de resiliencia “capacidad de un sistema ecológico para volver a condiciones similares a aquellas que había antes de la tragedia o evento, tanto natural como antrópico” (esta es del ingeniero Luis) nos habla del esfuerzo para volver a una condición ideal. Y eso ocurre cuando un equipo de fútbol va perdiendo uno a cero, le expulsan a un jugador y está lloviendo, y a pesar de estar llevado del (díganlo ustedes), al final gana.
De hecho, en inglés resilience es “la capacidad de ser feliz, exitoso, etc., de nuevo después de que haya sucedido algo difícil o malo”. Y el latín resilīre traduce “rebotar”. Nos llegó del inglés, por cierto.
Preguntan los lectores
Luis Carlos Villamizar Mutis. ¿Cómo se dice bien: infortunadamente o desafortunadamente?
Luis, te cuento que ambas. Si no me falla la memoria, hasta hace no mucho el Diccionario de la lengua española, que es el de la RAE y las demás academias de la lengua, no tenía desafortunadamente. Y en redes sociales decían dos mentiras: que era incorrecta porque, precisamente, no estaba en el diccionario. Falso, carreta: muchas palabras no están y no por ello la RAE las considera “incorrectas”. Simplemente allá no saben que existen o creen que no tienen el uso suficiente o el tiempo de existencia como para meterlas. O sea, siempre la RAE la consideró correcta, aun antes de incluirla en su diccionario principal (hablo de desafortunadamente). Y la otra mentira rezaba que dizque “no existe el desafortunio, sino el infortunio”, pero realmente este adverbio lo formamos con des + fortuna (desafortunado) + mente, mientras el otro es (in)fortunada + mente.
Jairo Arroyave. En la edición de Generación del 2 de mayo de 2021, en el cuento “Para Pierre, de Pablo” dice: “Los contamos: doscientas setenta y una obras”. A mi modo de ver, la expresión correcta sería “Los contamos doscientas setenta y una obras”.
No tengo el contexto, Jairo, pero me lo imagino. Es correcto. Los dos puntos tienen una función “anunciadora”: indican que algo sigue, como lo acabo de hacer yo. Cuando leíste “Los dos puntos tienen una función anunciadora”, alcanzaste a pensar “¿cuál?”, porque te estoy anticipando que viene otra información y ahí los dos puntos conectan las estructuras perfectamente. Entonces, el autor te dice “Las contamos” y con los dos puntos te introduce, te presenta, te conecta qué contaron y cuántas fueron: doscientas setenta y una obras. No podemos dejarlo suelto: “Los contamos doscientas setenta y una obras”, porque nos queda mocho. En ese caso, una opción sería esta: “Las contamos y eran (o resultaron ser) doscientas setenta y una obras” . n