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Diego Agudelo
Stranger Things le dio una segunda vida a la canción de Kate Bush que salva a Max Mayfield del poder aniquilador de Vecna. Parece que no es necesario explicar de qué escena estoy hablando porque el momento se volvió viral, pero vale la pena recordar que ese vínculo emocional del personaje con la canción Running up that hill es lo que la mantiene anclada a este mundo, opera como una línea de vida que evita que Max se desplome por ese abismo de confusión y dolor en el que ya habían caído tres personajes. Una gran manera de generar tensión, porque si algo pone a sufrir a los espectadores es la posibilidad de que un personaje tan querido pueda sumar la lista de víctimas letales de una trama que de todos modos debe entregar una considerable cuota de muerte para saciar el apetito de su público. Además esta cuota queda bien compensada con el momento en que las notas musicales envuelven la escena: la canción suena para que Max vuelva a poner sus pies en tierra y de este lado de la pantalla, otro Upside Down, se produce un efecto contrario, pues nosotros levitamos sobre ella e incluso cuando acaba el capítulo nos mantenemos a flote, corremos a buscarla en cualquier plataforma y la dejamos sonar una y otra vez para que sea también una línea de vida, un puente que nos mantiene conectados con la historia.
Antes de la escena, la canción en Spotify tenía aproximadamente 10.000 reproducciones al día y por el efecto de la serie pasó a tener más de 10 millones. En un par de semanas ya ha acumulado más de 427 millones de reproducciones, un hito para una canción que fue lanzada hace más de tres décadas.
Los guionistas además fueron hábiles en dosificar la fórmula. Una vez conocida esta defensa contra el demonio, hubiera sido fácil poner a cada personaje en relación con una canción favorita, elaborar una playlist contra la maldición de Vecna, pero esto hubiera sido el camino de un novato. Al evitar esto, se mantiene una atmósfera de expectativa. ¿En qué momento volverá a atacar Vecna para defenderse de su hipnosis letal con otro hit de los años setenta? ¿Qué canción podría salvar a Dustin, Eleven o Will? Y esto ocurre en la historia pero de una forma todavía más legendaria y con una canción que está en el polo opuesto de Kate Bush.
La escena en la que Eddie Munson toca los rifts de Master of Puppets de Metallica puede ser innecesaria pero vaya que es bestial, alucinante y emotiva. Es un as bajo la manga que enardece la nostalgia pop de la época, cultivada por la serie desde sus primeros episodios con referencias salpicadas en los planos, los diálogos, el vestuario y cualquier elemento que permita rendir homenaje a las obras creativas de un pasado que ahora reverbera incluso en la memoria de quienes no lo vivieron. Cabe decir, que esta canción de Metallica es ahora incluso más viral y tiene 455 millones de reproducciones en Spotify.
Otro efecto de esta viralidad musical es que el fandom, los millones y millones de seguidores de la serie, se volcó a generar contenido con aquellas otras canciones que podrían salvarnos de Vecna. Todos lo pensamos, ¿no? ¿Qué canción tendría que escuchar para evadir el acecho de ese demonio? Ese efecto genera la música: ayudarnos a evadir demonios, conectarnos con lo que valoramos del mundo personal que cada uno va labrando, sincronizarnos con las emociones que nos mantienen en una frecuencia vital. Y no es solo una canción, cada uno está armado con todo un arsenal. El mío podría empezar con New Dawn Fades, de Joy Division, tras escucharla siento que he sobrevivido a un bombardeo.