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Tráiganme la cabeza de Alfredo Duarte Amado. Adiós al amigo, de Iván Gaona

11 de agosto de 2025
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  • Tráiganme la cabeza de Alfredo Duarte Amado. Adiós al amigo, de Iván Gaona
  • Tráiganme la cabeza de Alfredo Duarte Amado. Adiós al amigo, de Iván Gaona

Que Colombia es el escenario perfecto para un western es una de esas verdades que todos casi que asumimos por lógica y que directores como Jorge Alí Triana o Sergio Cabrera habían aplicado en algunos títulos muy específicos, como Tiempo de morir o Técnicas de duelo. Sin embargo, es Iván Gaona, desde los terrenos inhóspitos del Cañón del Chicamocha, quien ha hecho la película que será el referente y la vara con la que deberán medirse todos los que se animen a filmar un género que permite hablar de lo divino y lo humano, pero que requiere el respeto y el conocimiento de los clásicos para lograr, como él lo ha conseguido en Adiós al amigo, un western a la colombiana hecho con hondura y garra, que puede mirarse con alegría y que siendo cine universal también nos refleja como país.

Gaona ha estudiado con cuidado las formas de las películas de vaqueros y nos ubica desde el comienzo en una encrucijada de aquellas: el soldado Alfredo Duarte ha escapado de su puesto entre las tropas del general Rafael Uribe Uribe, con la excusa de buscar a su hermano, a quien no ve desde que empezó la Guerra de los mil días, para contarle que va a ser papá. Pero los westerns, como los relatos mitológicos, esconden tras una falsa sencillez, la complejidad de la vida. Duarte deberá, desde el primer minuto, sortear las trampas que encontrará en el camino, y al hacerlo le permitirá a Gaona una reflexión sobre las diferencias de clases que fomentan la inequidad, sobre el racismo, sobre la forma en que este país ha cargado su dolor sobre los hombros de sus mujeres, y hasta sobre las diferencias políticas que dividen familias y acaban amistades. Todo eso con el ritmo y una estética, que conectan el cine de Gaona con el de Sergio Leone, aunque la pesadumbre que se esparce por toda la historia es más de las cintas de Sam Peckinpah.

Gaona ha logrado una hazaña y todos los actores reconocidos de este país deberían enviarle sus hojas de vida y sus portafolios, para que él los junte con su banda de aficionados talentosos y los acomode en unas historias que nadie más sabrá como filmar pero que les permitirán momentos de lucimiento, como los que consigue Willington Gordillo encarnando al soldado Duarte y sobre todo Yohanini Suárez, que tiene ese talento asombroso con el que muy pocos nacen y que siendo el coronel Suárez es uno de los mejores villanos que se han visto en nuestro cine en los últimos años.

Igual que los directores citados, Gaona hace milagros con recursos medidos, y aprovecha el talento indiscutible de Diana Oliva Basante, su talentosa diseñadora de vestuario, y la partitura asombrosa de Edson Velandia, que con una orquestación que nos recuerda a la de una vieja banda marcial de pueblo, aumenta el carácter de las imágenes hasta alcanzar lo icónico, para firmar una película que nos relata, que nos define y nos narra como sociedad. Ojalá más personas descubran con Adiós al amigo que el western es nuestro género e Iván Gaona el director que nos ha probado con la certeza de un disparo a la diana, que sabe cómo filmarlo.

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