Dos orejas se cortaron el sábado en la segunda corrida de la Vigésimo Quinta Feria Taurina de La Macarena. Pero como suele suceder en la fiesta brava, son solo frías estadísticas en una tarde donde hubo diversos matices, algunos agradables y profundos y otros simplemente para olvidar.
Como siempre, un encierro de Santa Bárbara como para ilustrar medio año en un almanaque. Finas estampas de toros hermosos y bien hechos. Los tres primeros muy bravos, los restantes complicados. Se ganó a ley la vuelta...
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