La investigación que inició el Banco Mundial (BM) contra Kristalina Georgieva, la actual directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuestiona su liderazgo y podría llevar a su dimisión. En ella se le acusa de haber presionado al personal del BM cuando era su directora ejecutiva, con el fin de modificar el informe Doing Business para favorecer a China. El FMI tiene su propia serie de reportes sobre las economías nacionales, que podría perder credibilidad por dichas acusaciones. Un nuevo escándalo en los organismos multilaterales, que se suma a los que se han dado desde hace un tiempo y que debilitan la gobernanza en esas entidades
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