Cada día hay en Medellín y el Valle de Aburrá una decena de accidentes protagonizada por motociclistas, como causantes o como víctimas. Y hay un centenar de episodios en los que golpean retrovisores de vehículos, burlan los semáforos y los PARE, se estacionan en lugares prohibidos y agreden a otros conductores.
Todos los actores viales tienen garantías y obligaciones. Están en el mismo nivel de derecho a la movilidad. Inquieta que en esa masa urbana creciente de motociclistas haya tanta imprudencia y que algunos no se preocupen por cuidar su vida y la de otros .