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La clave del éxito de Snapchat fue replicada por Instagram, WhatsApp y Messenger. Una historia que se cuenta mediante fotos y videos que desaparecen en un día sin dejar rastro, un relato efímero que genera visibilidad y comentarios.
Si alguien quiere contar la suya ahora tiene cuatro formas de hacerlo, aunque en realidad la función de historias de cada una de las aplicaciones es bastante similar.
“Snapchat creó esa forma de comunicarnos”, cuenta Juan Carlos Mejía Llano, consultor y conferencista en social media, marketing digital y transformación digital. Para Mejía, Snapchat, la red social preferida de los adolescentes en Estados Unidos, “fue copiada vilmente por Instagram”, y después de Instagram por el resto de las apps que han incluido la funcionalidad, evitando así que Snapchat siga creciendo al ritmo que lo estaba haciendo.
Se trata, según el conocedor de temas de redes sociales, de una estrategia para atraer al público más joven, el que prefiere no dejar rastro de sus actividades en estas apps, pero sí disfruta cantándole a todo el mundo con filtros, efectos y stickers qué está haciendo.
En definitiva
Diferentes aplicaciones han copiado el modelo de historias de Snapchat con dos fines principales: captar al público más joven y recibir ingresos por medio de la publicidad que ponen entre las historias.