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Para iniciarse en el Islam y ser reconocido legalmente por la comunidad musulmana hay que hacer una declaración de fe conocida como la Shahada ante dos testigos de esta religión; pero según lo que le dijo el musulmán radical Faisal Mostafa a una joven estadounidense, de 23 años, de la zona rural de Washington, podía hacerlo a través de Twitter si luego de esto dos tuiteros constataban la declaración.
La joven norteamericana fue seducida, a través esa red y de Whatsapp y Skype, para volverse musulmana y además estuvo a punto de viajar a Austria para conocer a su futuro esposo, de 45 años, así lo narró la periodista Rukmini Callimachi, en el periódico The New York Times, el pasado 27 de junio.
Este caso no es aislado y da pistas sobre cómo el grupo terrorista del Estado Islámico, instalado principalmente en Siria e Irak, cautiva personas para enfilarlas en su organización.
El estudio ‘The ISIS Twitter Census’ (Censo de ISIS en Twitter), publicado por The Brookings Institution, en marzo de 2015, da cuenta de la existencia de, mínimo, 46.000 perfiles de Twitter reales de miembros de este grupo terrorista o simpatizantes, entre el 4 de octubre y el 27 de noviembre de 2014.
J. M. Berger, investigador y experto en terrorismo en internet, quien hizo el estudio junto a Jonathon Morgan, le explicó a EL COLOMBIANO cómo actúa este grupo para captar adeptos en redes sociales.
“La religión es solo una parte del terreno de juego. Depende de la persona. El enfoque inicial puede ser más social o político, dependiendo de donde vean una oportunidad. Sin embargo, una vez que acercan a la persona al grupo, pueden adoctrinarlos más en el ámbito religioso”, explica.
Aunque esta práctica no es exclusiva solo del Estado Islámico, puesto que otros grupos terroristas como Al Qaeda y Hezbollah también utilizan las redes sociales e internet en general con fines propagandísticos para ganar adeptos, los califatos llevan la ventaja y son expertos.
Para combatir este fenómeno, en abril de este año Twitter anunció que había suspendido 10.000 cuentas vinculadas al Estado Islámico, pero los expertos en ciberseguridad advierten que las cuentas suspendidas se pueden recuperar tras un proceso y, en caso de ser negado, se puede crear una cuenta nueva.
Modus operandi
En el Medio Oriente, África del Norte y Europa, el Estado Islámico puede ponerse en contacto directamente con la gente, pero es principalmente en Occidente donde utilizan las redes sociales con fines de reclutamiento.
Casi siempre, el primer paso lo dan las “víctimas”, esas personas que expresan algún interés o curiosidad por la propaganda en línea del grupo terrorista; fotos y videos que muestran atentados, misiones suicidas y ciudades controladas. Lo que buscan es crear miedo entre sus enemigos y ganar la admiración de otros grupos radicales. Luego de que alguien comienza a seguir algún grupo en Facebook o cuenta en Twitter que muestre esa clase de contenidos, un miembro del Estado Islámico se involucra con ellos.
Cualquier persona es susceptible a los mensajes, “pero hay una tendencia definida hacia la explotación de quienes están socialmente aislados o pueden tener problemas en su vida que las harían vulnerables a las tácticas depredadoras”, dice Berger, coautor del libro ISIS: El Estado del Terror, publicado en marzo de 2015.
“A menudo se trata de reclutar conversos recientes al Islam o incluso los no musulmanes, en parte porque las personas que no saben mucho acerca de la religión son más fáciles de manipular ”, agrega el experto.
Los reclutadores del Estado Islámico hacen su “trabajo” en diferentes idiomas, pero usan principalmente el árabe, inglés, alemán, francés y ruso. “Ellos individualizan mucho la forma en que se acercan a cada potencial recluta. Para algunos resulta mejor presentar un argumento religioso, para otros, político”, aclara Berger.
Por eso hay personas a las que les pueden hablar del Islam y sus lineamientos y a otros de la explotación de los recursos petroleros por parte de Estados Unidos, por ejemplo. Y utilizan el medio que sea necesario: Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, Tumblr, Google Plus, Whatsapp o Skype.
En Colombia
El coronel Carlos Lasprilla, Jefe de Prevención al reclutamiento ilícito del Ministerio de Defensa, dice que los diferentes grupos armados también se valen de las redes sociales para llevar gente a sus filas.
Fuentes militares hablan de algunos casos particulares de reclutamiento de menores. Uno de ellos, el de una niña de 14 años de un barrio de Medellín, conocido en abril de este año.
“Una amiga de la niña le mostró una página de Facebook. Y ahí empezaron a mostrarle una vida maravillosa en las Farc. La niña tenía problemas en la familia y le dijeron que con ellos iba a encontrar una. En un abrir y cerrar de ojos, estaba en el Bajo Cauca haciendo de correo humano. Pero había una denuncia en el gaula por una menor desaparecida y la pudimos rescatar”, relata una fuente de inteligencia militar que pidió la reserva de su nombre.
“En los últimos seis meses hemos conocidos tres casos en los que han actuado de forma parecida para seducir a menores de edad en Medellín y llevárselos para sus filas. Buscan jóvenes vulnerables de bajos recursos económicos y les prometen un mundo maravilloso”, relata la fuente.
En Twitter, Facebook y Youtube es fácil encontrar cuentas, páginas y videos que difunden los mensajes de las Farc y el Eln. Sin embargo, oficialmente no existen cifras en Colombia que hablen de reclutamiento de personas a través de redes sociales.
“El fuerte de reclutamiento en el país es el campo y lo hacen con el voz a voz. Normalmente son jóvenes desde los 15 años. Y la otra forma de reclutar es directamente en las universidades, generalmente públicas. Allí invitan a la gente a hacer parte de los grupos armados, no necesariamente para que se vayan al monte a cargar el fusil, sino para que hagan parte de las redes de apoyo”, dice Federico Benítez, periodista con experiencia en cubrimiento del conflicto armado.
“En redes sociales es muy difícil, sobre todo porque en las zonas donde ellos son fuertes, no hay acceso fácil a internet”, agrega .
Editora de la unidad de Interacción