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Los secretos para la buena suerte

La Placita de Flórez se convierte en esta época en la ‘meca’ donde los supersticiosos van en búsqueda de elementos que les ayude a ahuyentar malas energías y atraer para el próximo año el amor y la prosperidad.

  • Las velas y velones nunca faltan en casa para estas fechas según Elena Gómez.
    Las velas y velones nunca faltan en casa para estas fechas según Elena Gómez.
  • Nancy Chaverra asegura que para la prosperidad y abundancia lo más efectivo es el ‘ramo de la prosperidad’ y el ramo de las 12 espigas de trigo.
    Nancy Chaverra asegura que para la prosperidad y abundancia lo más efectivo es el ‘ramo de la prosperidad’ y el ramo de las 12 espigas de trigo.
  • Aracelly Chaverra destaca las bondades de la Penca de Sábila y una herradura para proveer la casa de “buenas vibras”.
    Aracelly Chaverra destaca las bondades de la Penca de Sábila y una herradura para proveer la casa de “buenas vibras”.
27 de diciembre de 2015
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Agüeros, rituales, superticiones o tradiciones familiares que ayuden a espantar las malas vibras y conceder prosperidad y suerte, se practican con fe, año tras año, cada 31 de diciembre en el mundo.

Cada vez que el calendario muestra la última semana del último mes del año, para Elena Gómez, vendedora en la Placita de Flórez de Medellín, significa que llegaron los días de mayores ventas: “desde este lunes la gente vendrá a hacer fila para comprar sus baños, sus velas y ramas de la buena suerte para el 31”.

La Twittercrónica de esta semana visitó esta plaza, con 124 años de historia, en la búsqueda de productos o elementos utilizados para los rituales de fin de año.

El local de doña Elena es el 3165. Desde allí, en medio de hileras de velas de diferentes colores y detrás de una vitrina que resguarda figuras religiosas, oraciones, rosarios y frasquitos con esencias e indicaciones esotéricas, atiende esta mujer de 55 años.

“Si hay un agüero o ritual rey para estas fechas es el sahumerio”, dice cuando se le pregunta qué es lo primero que buscan los compradores en esta época.

Las buenas energías

Jazmín, jengibre y una variedad de hierbas aromáticas son las responsables de darle fragancia al sahumerio; su olor se vuelve más intenso cuando es quemado en un recipiente de madera o metal. “Hay varias presentaciones, yo vendo la bolsita con las hierbas aromáticas disueltas y también tengo el de San Miguel Arcángel o el de la Santa Cruz”, señala Elena, tras mostrar las presentaciones.

El de San Miguel Arcángel es una cajita cuya presentación luce la imagen del ente divino. En su interior está la figura en forma de ángel que parece hecho de material de corcho, lo mismo ocurre con la presentación de la Santa Cruz. El precio oscila entre los 1.000 o 2.500 pesos. Un texto con una oración hace parte del combo.

En el empaque de ambos dice: “su número de suerte dentro del sahumerio”, el cual hace referencia a un código de cuatro números que le sugieren la combinación de la lotería que usted podría jugar. “En los cinco años que tengo trabajando aquí, me han llegado un par de personas para decirme que les ha dado suerte”, sostiene Elena.

En el caso de las velas, las más solicitadas son los velones amarillos y verdes, “porque son los que traen prosperidad y abundancia, esos son los colores de la fecha”, cuenta Elena. Dependiendo del tamaño, sus precios pueden variar entre 1.500 y 8.000 mil pesos. Los dorados y plateados son asociados al dinero, el rojo no deja de ser vinculado al amor y el morado es el de la paz.

A ese puesto se asoma Pastor Peláez, un mensajero de 53 años, quien luce una cruz en su cuello. “Me gusta buscar el incienso y sahumerio para sacar la maldad, aunque no lo hago solo en esta fechas, porque la maldad uno la siente a diario”, dice.

Prosperidad y suerte

El puesto de trabajo de Nancy Chaverra, una de las mujeres más conocidas de la Placita de Flórez porque lleva 30 años vendiendo hierbas, es el 3130, identificado como “el jardín de la salud”. Nancy heredó de su padre, botánico, el amor por las plantas y el conocimiento.

“Mi especialidad es el ramo de la prosperidad y el baño de las siete hierbas para la buena suerte”, dice Nancy, de 55 años.

En menos de un minuto, la mujer muestra cómo se arma el ramo. La Flor de Ajo es la exclusividad y elemento vital de este, que se arma con una variedad de otras seis plantas. Su versión involucra romero, olivo, albahaca, artemisa, hierba de “destrancadera” y botón de oro.

Para muchas personas la Flor de Ajo, que parece un capullo mientras está cerrada, debe abrirse en el hogar como signo de que la prosperidad floreció en casa. El costo de este codiciando ramo en este época varia según el tamaño. El más barato cuesta 5.000 mil pesos.

Si es de los que busca el baño de las siete hierbas, Nancy lo tiene preparado y lo ofrece en frascos de plástico que dejan ver diferentes colores y la silueta de algunas hierbas. “La idea es llevarse el baño de las 7 plantas amargas y el de las 7 plantas dulces, lo primero es echarse el agua de las amargas para neutralizar las malas energías y luego echarse el de las plantas dulces para atraer lo bueno”. El precio: a partir de 10.000 pesos.

Protección para casa

Mientras el señor Carlos Eduardo Rodríguez empaca varios ramilletes de planta de cidrón en el puesto 3132, su esposa Aracelly Chaverra, hermana de Nancy, nos cuenta que uno de sus artículos más vendidos para esta época es la Penca de Sábila, con una pequeña herradura y “un contra, que no es más que una bolsita verde o amarilla que envuelve el ajo, pimienta negra y hasta tiene una pequeña cruz, la idea es que se cuelgue detrás de la puerta de la casa”, describe.

Este tipo de protección puede oscilar entre los 5.000 o 10.000 pesos, sujeto al tamaño de la Penca de Sábila. Mientras la mujer de 59 años muestra una variedad de frascos de aromas que ella destaca para la buena suerte, por ese mismo pasillo merodea Natalia Franco, una joven Química de 34 años que quiere poner a macerar en aceite de almendra algunas ramas de romero, hierbabuena, jazmín, olivo y albahaca, entre otras hierbas. Su objetivo es “sacarle la esencia de sus aromas y resguardarlas en un frasco” que luego vende a amigos o vecinos.

¿Usted cree en estos agüeros? Lo cierto es que la época se presta para creyentes y para incrédulos, así lo deja en evidencia Julián Monsalve de 36 años, quien jura que su búsqueda de ruda y canela no son para él, así como dice sentirse ajeno los agüeros. Sin embargo, advierte: “Mi mamá nos prepara en casa los baños y yo me los hago porque es una tradición de la abuela que no se puede perder”.

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