Del televisor se viene diciendo hace unos ocho años que ya no es el rey de la casa. Algunas personas lo han sacado de la sala, ese lugar del que era casi inamovible. Ya no es una compra obligada, por ejemplo para los milenials que dejan su hogar, porque muchos de ellos prefieren ver los contenidos de video en el PC o en el teléfono celular.
Ese cambio en la forma de ver TV, en el que han influido los dispositivos móviles e internet, tuvo como consecuencia que se empezaran a desarrollar productos audiovisuales, como las series web, pensados específicamente para plataformas como YouTube, y no para pantallas de 32 pulgadas en adelante.
Para el profesor univesitario y asesor de la Autoridad Nacional de televisión (Antv), Sergio Urquijo, las series web colombianas han partido de los estándares que crearon las telenovelas hechas para la televisión tradicional en el país. Según el docente, ese origen generó una diferencia en comparación con los productos web realizados en otros lugares: los estilos de producción.
Eso lo detectó el docente en una investigación que ha hecho durante algunos años, justamente para conocer más sobre el desarrollo de estas producciones. Las características de las plataformas, explica, y los medios por los cuales se exhiben permiten que puedan hacerse sin mucho dinero, y que se desliguen de ciertas características de siempre, como la cantidad de capítulos, la duración y el extremo cuidado con elementos como las luces o el sonido.
De esa forma, tomando elementos de la caja cuadrada, surgieron series como Susana y Elvira (6.998.271 visualizaciones), que para Sergio contaron con “toda la parafernalia de la TV convencional. Además con su estética y narrativa”.
No obstante, recuerda otras como Adulto Contemporáneo (2013), con también casi siete millones de visualizaciones actualmente (6.990.260), que para el criterio del profesor, fue la primera serie web nacional exitosa.
“Esta tuvo menos recursos, su puesta en escena fue distinta, igual la estética y su narrativa, no se trataba de sketchs cortos (escenas humorísticas), sino de una serie hecha específicamente para la web”, comenta Urquijo.
El profesor e investigador del departamento de Comunicación Social de Eafit, Diego Montoya, dice tener una queja sobre el audiovisual que se hace localmente, y es que según él hay muy poca ficción.
Sin embargo, destaca el trabajo que desde el pregrado de la universidad en la que trabaja se están haciendo para realizar unas en las que se cuenten toda clase de historias y en diversos géneros y formatos.
Experimentar
Si de requisitos se trata, un producto para plataformas que pueden mirarse en el móvil debe verse de forma fácil, la narrativa no tener tiempos intermedios entre las escenas y estar ajustadas para rotar en redes y no en un canal, así lo explica el docente.
Esas cualidades no son una camisa de fuerza para el formato web, aclara Urquijo, pero hacen parte de las que él ha detectado en la observación de productos hechos en otros países que tuvieron éxito.
Esas singularidades, precisa, obedecen a las situaciones de consumo audiovisual que deben imaginarse los realizadores, por ejemplo, en un bus en movimiento, mientras se hace una fila; esas variantes delimitan cómo debe ser un producto para la web.
“Se hace de esa manera porque la audiencia puede estar en situaciones incómodas, entonces se procura por elaborar productos sencillos en imagen y sonido, que puedan verse sin problema en pantallas pequeñas y en cualquier momento”, explica el asesor de la Antv.
Para él, quien piense en desarrollar estas propuestas debe tener lo anterior en cuenta, además de otras características que ha observado en el trabajo de agencias de publicidad y audiovisuales: los productos son muy cortos, sencillos en puesta en escena, lo mensajes que dan son contundentes y entre cada acción importante entre los personajes se evitan los llamados tiempos de traslado –que está amaneciendo, un auto en recorrido–.