La clave con la bicicleta es coexistir

Durante estos días ha aumentado el uso de este vehículo: es saludable, sostenible y económico. El reto ahora es la tolerancia.

El uso de la bicicleta ha aumentado no solo recreativamente sino para desplazamientos dentro del área Metropolitana. FOTO edwin
bustamante.

Uno de los sectores que más creció durante la pandemia es el relacionado con la bicicleta. Hay más biciusuarios, más ventas y despierta más interés como medio de transporte y actividad deportiva, de acuerdo con Fenalco y la Secretaría de Movilidad de Medellín.

“En los últimos dos meses las ventas han aumentado hasta en un 300 %”, señala un informe de Fenalco Antioquia, compartido a este diario, en el que se prevé escasez de bicicletas hasta fin de año (ver recuadro).

Ya sea para ir al trabajo, por recreación o deporte –o por salir del encierro– ha crecido el flujo en las vías tradicionales. En Palmas, la 76, la 65 y Medellín-Caldas, y la vía a El Salado se ha incrementado el flujo durante la pandemia

Una cifra que lo demuestra la da el Secretario de Movilidad de Medellín, Carlos Cadena-Gaitán: por las ciclovías temporales de la ciudad se han movilizado durante esta temporada cerca de 500.000 ciclistas. Además, en el tramo de la carrera 65, entre las calles 104 y 55 (quebrada La Iguaná), aumentaron los desplazamientos en un 107 %.

Hasta ayer, el Secretario había contabilizado un crecimiento del 400 % en el uso que las mujeres hacen de la bicicleta, comparado con 2019, una cifra significativa si se tienen en cuenta los datos que comparte Fenalco Antioquia sobre el total de viajes diarios que se hacen en el área metropolitana: el 1 % se realiza en este vehículo (61.842 viajes –88 % hombres y 11 % mujeres–).

“Si más mujeres usan la bicicleta, eso indica que lo estamos haciendo bien”, puntualiza Cadena, quien ratifica que entre las mujeres crece la confianza para el uso de este sistema de ttransporte.

En las tiendas

Aunque no hay cifras detalladas que indiquen qué marcas, hay algunas que han sido muy demandadas, como Specialized, Trek, Giant y GW.

Lina Loaiza, fundadora de la agencia de turismo en bicicleta Vive la Bici, señala que el interés de estos vehículos provocará que algunas marcas “escaseen su oferta debido a la gran cantidad de personas que adquirieron nuevas”.

Para Mateo López, director de mercadeo de GW, firma que vende equipamiento, accesorios y repuestos, sí ha crecido la venta con relación al año pasado: “La oferta va a mejorar un poco más, porque ahora nos podemos planear”.

Entre las razones por las cuales se dio este fenómeno está que las restricciones por el coronavirus llevaron a muchas personas a considerarlo como recreación y también como un transporte individual. Otro factor a favor es que es económico.

Loaiza dice que también se migró de los deportes colectivos (baloncesto, fútbol) a los unipersonales, como trotar o montar en bici: “Los que subían a Palmas son unos tesos. Ahora, uno ve mucha gente que está empezando. Lo mismo sucede en la vía a Caldas”.

¿Hay infraestructura?

La administración incluyó en el Plan de Desarrollo Municipal 2020-2023 aumentar la cantidad de viajes que se realizan en la ciudad en un 4 % más a finales del cuatrienio.

“Para lograr ese indicador no se deben crear solo nuevas ciclorrutas, hay que cerrar las brechas en la red, asegurar las condiciones de seguridad y que más mujeres se sientan cómodas”, explica el secretario de Movilidad de Medellín, Carlos Cadena.

Hasta ahora en la ciudad hay 120 kilómetros de ciclo-infraestructura, denominación que incluye diversos tipos de ciclorrutas. Siguiendo el Plan Maestro de la Bicicleta 2030, firmado en 2015 y con aplicación en el área metropolitana, la meta en 10 años es construir más de 500 kilómetros de ciclorruta urbana.

El Secretario y el gremio coinciden en que los puntos centrales que se deben replantear, más que de la misma ciclo-infraestructura, es asegurar la conexión de ciclorrutas en la ciudad, y fomentar la tolerancia en las vías.

Qué falta

Sebastián Mattos Soto, gerente del Foro Nacional de la Bicicleta, que se realizará en Bello el próximo año, dice que uno de los puntos débiles para montar en el área urbana es el tema de las redes.

Un ejemplo: para hacer la ruta Centro-Bello, norte del Valle, hay que tomar la avenida Regional, luego el puente de Moravia que llevará a la autopista norte; todas vías exclusivas para carros. Respecto a esto, Cadena asegura que la prioridad de esta administración es pasar de hacer ciclorrutas, a conectarlas.

Además, un tema en el que las autoridades y la ciudadanía deben trabajar es en el respeto por el biciusuario. “Apenas se está entendiendo que la bicicleta es un vehículo”, comenta Mauricio Mesa, director del colectivo Siclas, que cumplió 10 años.

El activista recuerda la ley 1811 de 2016 o “Ley Probici”, que estableció que los ciclistas pueden usar las calzadas para carros en cualquier caso, incluso si hay vías para bicicletas. A partir del 7 de abril, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, declaró que el carril derecho tenía prioridad para ciclistas, respetando una distancia de 1,50 metros entre vehículos y ciclas.

Pero pasar de la teoría a la práctica es otro cuento. “La barrera que tenemos para salir es el miedo a ser atropellado”, apunta Mesa. “Para crear una bicicultura en nuestra ciudad es importante pacificar las vías. Las dinámicas de movilidad en el área metropolitana son muy agresivas”, comenta el representante del colectivo Siclas.

Por eso, ahora que está incrementando el flujo, el llamado general es hacia la tolerancia y a algo en lo que coinciden gremios y autoridades: coexistir. No hay más espacio para dónde crecer: bicicletas, peatones y automóviles deben aprender a vivir juntos.