Charlotte Campbell nació en Nueva Zelanda hace 6 años, su vida ha transcurrido igual que la de miles de niños que nacieron en el año 2009, sin embargo un problema auditivo hace que Charlotte se vea diferente al resto de sus amigos.
La niña tiene un implante coclear, que es un dispositivo que transforma las señales acústicas en estímulos para el nervio auditivo. Con este aparato, Charlotte puede escuchar mejor y con el paso del tiempo podrá distinguir el lugar de origen de donde provienen los sonidos.
El implante coclear es un producto que se instala quirúrgicamente al interior del cráneo y otra parte queda al exterior de la cabeza, esto hace que Charlotte se vea diferente al resto de niños de su misma edad.
Charlotte ha tenido un implante desde el año 2013 y su madre Anita Campbell asegura que los cambios en su vida han sido notorios, tanto así que ahora la niña recibió un implante mayor, con el que espera superar sus dificultades auditivas.
La sorpresa
Cuando Charlotte salió de la cirugía con su nuevo implante se encontró a su padre Alistair Campbell con un cambio de look. Se había rapado la cabeza por completo para hacerse un tatuaje en el cráneo.
Ahora Alistair tenía su propio “implante” tatuado en el lado izquierdo de la cabeza, además del apoyo moral, el padre quería que la hija no se sintiera extraña.
La alegría de la niña, cuenta su padre, hizo que valiera la pena hacerse el primer tatuaje de su vida.
La muestra de amor de este padre con su hija le ha dado la vuelta al mundo y miles de personas han compartido en las redes sociales esta historia.