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El futuro que anticipa Nicholas Negroponte

Investigador sobre tecnologías emergentes
y cofundador del MIT Media Lab,
Nicholas Negroponte traza las tendencias.

  • En su libro Being Digital, de 1995, Nicholas Negroponte anticipó la revolución digital. FOTO: Cortesía.
    En su libro Being Digital, de 1995, Nicholas Negroponte anticipó la revolución digital. FOTO: Cortesía.
24 de noviembre de 2019
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POR: MARTHA ORTIZ GÓMEZ Y JORGE MARIO VELÁSQUEZ

Como arquitecto e informático, Nicholas Negroponte ha perfilado el futuro de múltiples tecnologías, desde las pantallas táctiles, la tinta electrónica hasta el internet de las cosas. Fundador del Media Lab de MIT y su presidente durante los primeros 20 años, hoy sigue como un incansable investigador que pronostica lo que será el mundo en décadas, tal como lo cuenta en una entrevista exclusiva realizada en Nueva York, en la sexta entrega de la serie Visionarios.

Jorge Mario Velásquez: Usted es una persona multifacética. Ha sido un visionario en la educación y la tecnología. Cuéntenos quién es usted y cuál es su visión del futuro.

Nicholas Negroponte: “Voy a empezar por el comienzo. Tuve una infancia llena de privilegios, no solo en el sentido de que mis padres tenían riqueza, sino también porque vivimos en Europa y en los Estados Unidos; todos hablamos varios idiomas, fui a varios internados con unos 300 estudiantes de 120 países; crecí en un mundo multicultural. No sabía en ese momento que eso era especial, pensé que era normal. La mayoría de mis familiares tenía una vida aristocrática. Lo que es interesante es que somos cuatro hermanos y ninguno está en el mundo de los negocios. Éramos como la familia Kennedy, pero se nos enseñó que debíamos hacer algo más noble que los negocios. Mi padre nunca lo hubiera dicho, pero su expectativa era dejar un mundo mejor. Mi hermano mayor se convirtió en diplomático, yo en profesor, mis hermanos menores en artistas: uno es cineasta y el otro es pintor y escultor. Se nos enseñó que la clave no era el éxito sino el logro: dos palabras que son muy diferentes. Hasta hace muy poco noté lo importante que eso fue para mí, porque cuando miro la situación de hoy, veo que les enseñamos a nuestros hijos, por 30 o 40 años, que no entraran al sector público, sino que trabajaran en el sector privado, porque este lo hacía todo mejor y se podía ser exitoso en este. Y al final de la historia está un tipo como Donald Trump, de ahí es de donde viene y es producto de la educación en escuelas de negocios que les dicen a los niños que eso es lo que cuenta. Poco a poco nos hemos dado cuenta de que eso no es lo importante. El mundo sufre por eso en estos momentos”.

JMV: Las corporaciones que solo quieren producir dinero están en la mira y desde hace un par de años se habla de que es necesario tener una visión sostenible en una empresa, que su acción tenga impacto. ¿Cuál debe ser el rol de las compañías privadas?

NN: “El concepto de ‘valor de los accionistas’ es extraño cuando se piensa en él. Si uno viene de otro planeta y lo escucha es como llegar a una empresa y encontrarse con un grupo de personas que no son empleados, tampoco clientes, pero son quienes importan. Cuando estuve en la junta directiva de Motorola, me enseñaron que nosotros representábamos a los grupos de accionistas, pero no a los empleados ni a los clientes; y tampoco a la tecnología, que era lo que más me molestaba. No era cuestión de hacerla evolucionar, Motorola desapareció como empresa porque no le importaba la tecnología, los clientes o los empleados; a ellos solo les interesaban los accionistas.

En estos momentos trabajo con Huawei y esta empresa china pertenece a los empleados. En los Estados Unidos nadie lo cree y piensan que el Ejército Rojo es el dueño de la empresa, que son accionistas ficticios, pero no es así. Y el fundador no quiere cambiar eso porque no quiere accionistas que no sean empleados. Eso es de admirar”.

Democracia y liderazgo

Martha Ortiz: ¿Le preocupa la influencia que tienen hoy los medios digitales en la democracia?

NN: “La democracia es un concepto muy interesante, porque hay cosas que no se deben hacer de manera democrática, ya que, si se hace todo por medio de referendos o equivalentes, las minorías nunca tendrán una voz. Aunque se pueden dar situaciones interesantes, si se hace todo en forma de enfoque de ‘referendo Suizo’, se puede terminar en situaciones terribles.

Como parte de la iniciativa One Laptop per Child tuve el gran privilegio de conversar con Gadafi, solo los dos durante dos horas. Él habló de cómo se formó teniendo a Suiza como referente y tenía la teoría de que él gobernaba Libia de la misma forma en que los suizos manejaban las cosas allí. Los paralelos eran perfectamente correctos, y la verdad es que la democracia en el sentido más puro no es una palabra equivalente a libertad. Lo que uno quiere es ser libre, algunas cosas son democráticas y otras no, algunas veces se requiere de una persona fuerte que diga: ‘No vamos a hacer eso, vamos a hacer esto’”.

MO: Pero eso necesita un cierto nivel de educación.

NN: “Estoy hablando de liderazgo y asumiendo que las personas que lo ostentan, tienen educación”.

MO: ¿Y cuál debe ser el rol de los votantes?

NN: “Eso es más difícil. No tengo la sofisticación suficiente para entrar en ese asunto. En algunos países donde la mayoría no tiene mucha educación, pero cuya población es lo suficientemente grande, se elige a alguien para que llegue al poder y puede o no ser la persona adecuada. Cuando Thaksin Shinawatra llegó al poder en Tailandia se pensó que era la persona indicada, pero fue porque lo escogió la zona rural, no la urbana, compuesta principalmente por personas sin educación. Algunas veces funciona, otras no”.

JMV: Con el ambiente de polarización en el mundo y los recientes sucesos en países como Chile, se percibe que el ciudadano no encuentra respuestas en la democracia ni en los líderes. ¿Cuál es su perspectiva sobre esto?

NN: “En muchos países —conozco muchos— y hablaré de África, la gente que gobierna son las personas educadas, que de alguna manera tuvieron acceso a la educación, regresaron y son muy corruptas y le roban al país, casi sin excepción. En general, se acepta que un 30 a 40 % de las economías de los países son corruptas. La fe de la gente en el sector público se ha perdido. En algunas partes del mundo no hay un contacto entre la gente y el sector público. En algunos países las personas no pagan impuestos y no porque los evadan, sino porque el concepto de tributo no existe (...). India y China hace 30 años estaban en casi el mismo estado de pobreza, y uno de estos países tiene hoy diez veces más ingreso per cápita e inversión; y no es el democrático. India es una democracia prematura, que se sigue haciendo autosabotaje. Pero China no, porque no es una democracia. De nuevo, si uno viniera de otro planeta y mira, diría: ‘vaya, el sistema chino funciona bastante bien. Miren lo que ha hecho’. Sin embargo, es todo en lo que no creemos, es un lugar en el que no nos gustaría estar”.

MO: No hay libertad.

NN: “Sí. porque no hay libertad. Me he acercado mucho al fundador de Huawei. Le muestro nuestra investigación y luego ellos hacen lo mismo con la suya. Una de sus piezas es un reproductor en tiempo real de una calle muy concurrida de Shenzhen, en China, algo así como Times Square, una vía llena de personas caminando a las 5:00 de la tarde. Cuando me lo muestran alguien me dice: ‘haga clic en una de las personas’, y luego aparece el nombre, la dirección, el número de teléfono, la fecha de nacimiento, todo de la persona sobre la que se hizo clic. De cualquiera que esté en la calle. Luego me dice: ‘mueva la cámara’ y así lo hago para ir a otra calle. La gente sigue caminando y mi cabeza va detrás de la suya y luego desaparezco detrás de un poste, pero cuando hago clic veo su nombre, dirección, teléfono, edad y ciudad de origen. Técnicamente es asombroso y la persona que me está mostrando esto dice: ‘antes teníamos mucho crimen y ahora ninguno. Estoy feliz de haberlo hecho porque ya no tenemos delitos’”.

MO: ¡El debate allí es la privacidad!

NN: “Lo sé (...). Es un lujo. La seguridad está primero; la comida, el agua, el aire, realmente los necesitan, y si los tienen no les preocupa la privacidad”.

Testigo de internet

MO: Octubre 29 de 1969. Se envió el primermensaje con Arpanet. Usted trabajó en ello.

NN: “Sí, en cierto modo estuve en la mesa, pero no fui uno de los inventores de los protocolos. Algo que hice, que mis estudiantes y los profesores sucesivos continuaron, fue hacerlo más gráfico de lo que era originalmente. Sin embargo, en la transmisión temprana de un mensaje, aquel famoso primer mensaje, yo fui apenas un testigo. Yo simplemente estuve en la misma sala que la gente que lo hizo; teníamos los mismos profesores. Hubo una celebración del aniversario 50 de internet y estuve en una de las fiestas que se hicieron en MIT durante el verano. Por supuesto, yo conocía a todos los que estaban ahí, y, todos habíamos envejecido, de repente. Fue interesante”.

MO: ¿Cómo evalúa la historia de internet?¿La imaginó diferente?

NN: “Cuando fue inventada, contrario a lo que dice la opinión pública y cierta historia revisionista, nadie lo imaginaba. Nadie. En 1988 o el 89 fui anfitrión de una reunión en Londres, con cerca de 50 o 60 personas, de las cuales 10 eran los fundadores de internet. Ellos eran el grupo original. Y les pedí a esos asistentes de la reunión que adivinaran el número de usuarios de internet en el año 2000. La estimación más agresiva, de Vinton Cerf, fue de 30 millones de personas. Yo dije: ‘¿Saben? Van a ser mil millones’. Todos se rieron de mí y dijeron ‘está bien, apostemos´. Aposté 10 mil dólares entonces a que habría mil millones de usuarios en el año 2000. A medida que nos acercábamos a ese año, les recordé a algunas personas que habíamos dicho el año 2000, pero nunca dijimos si sería enero o diciembre. Habría habido una diferencia exponencial ahí. ‘Que sea el 31 de diciembre’, dije. Así que fue una de esas apuestas donde nadie pudo probar finalmente quién estaba en lo correcto. Estuvimos muy cerca de los mil millones. El punto es, ¿cómo contarlos? Si tenemos una escuela en una zona rural de Colombia donde hay solo un computador o una conexión, y hay cuatrocientos niños en la escuela, esas son cuatrocientas personas en internet. Si maximizamos todo, llegamos a los mil millones. A medida que ha crecido, la noción de que un sistema autoorganizado pueda evolucionar sin una autoridad central es increíble”.

MO: ¿Comparte las propuestas de la Unión Europea y países como Australia en torno a la regulación de internet?

NN: “Todo el mundo trata de regularla y ha habido mociones para llevar esto a las Naciones Unidas, darles la autoridad para esto, pero la gente no lo desea así, quiere soberanía. Así que la palabra ‘regulación’ está un poco cargada. Sin embargo, a veces se trata simplemente de buenos modales. No estoy seguro de que sea algo que radique tanto en la regulación. Hay ciertas cosas que hay que regular. Tal vez, nuevamente, la palabra no sea regular; sin embargo, la libertad de opinión no incluye gritar ‘fuego’ en un cinema. ¿Significa eso que no hay libertad de opinión? ¿Por no poder gritar ‘fuego’? Es en esta clase de regulación o acuerdo que esto ocurre. Ya ven, apenas empieza un levantamiento civil, lo primero que hace un país es apagar internet”.

JMV: Hay tecnologías que llegan, pero hay una insuficiencia en la velocidad en la que los gobiernos crean normas para permitir que ellas operen. Se puede discutir el caso de Uber en nuestros países. ¿Cómo se debe abordar esto?

NN: “Los gobiernos hacen otras cosas además de regular. Han traído internet y el alunizaje. Cuando se tomó la decisión de ir a la Luna, el presupuesto destinado a la Nasa era el 4 % del total de los Estados Unidos. La mayoría de gente no se da cuenta de ello. Hoy en día es, creo, 0.01 %. La gente está haciendo proyectos minúsculos. Uno de los candidatos decía que invertiría cincuenta millones de dólares en energía nuclear durante los próximos diez años. Yo digo, ¿cincuenta mil millones? Se le están olvidando dos o tres ceros. Se debería invertir cincuenta billones en ello, debería hacerse a escala masiva. Hagamos como si John F. Kennedy estuviera vivo hoy y quisiera ir a la Luna. Aparecería en el año 2019 y diría: ‘voy a reunir a todas estas startups para que hagan todos estos pedacitos y esta inversora de capital de riesgo hará esto, o ‘iremos a la Luna’? Así es la mentalidad de hoy en día. Estas startups realmente están drenando la sociedad como nunca antes. Frenan las grandes ideas, son pequeñas ideas que reciben inversión y se hacen más pequeñas aún. La nueva palabrota es enfoque (...). Uno inicia una compañía con la novia o novio en el apartamento, con los amigos, todo ese grupo lo hace y de repente todo ese talento es extraído del sistema y se dedica a lo suyo con pizza y, ¿adivinen qué? El grupo tiene éxito y lo vende por una suma pequeña, entonces los integrantes dicen: ‘ahora vamos a hacer otro grupo pequeño’, y se vuelven emprendedores en serie. Se los está sacando en serie de cualquier idea grande. Es un fenómeno muy extraño porque uno va a la Escuela de Negocios de Harvard y están celebrando que descubrieron el emprendimiento. Pero el emprendimiento es una gran pérdida de tiempo y está drenando la sociedad”.

JMV: Hay una relación inversa entre el número de emprendimientos en sus etapas más tempranas y la riqueza per cápita de los países. Hay mucha discusión: se dice que hay que implementar nuevos emprendimientos y luego se indica que no van a ser exitosas ni escalables.

NN: “Algunas requieren una masa crítica que no puede ser lograda si nosotros creamos una compañía. Los tres podemos hacer cierta cantidad de cosas, incluso si tenemos amigos ricos. Podemos hacer algunas cosas, pero la fusión nuclear no va a salir de una startup”.

MO: Harvard Business Review publicó un artículo en el que habla de la importancia de asumir control sobre la adquisición y actualización del conocimiento, asumiendo dinámicas constantes de aprender, desaprender y reaprender. ¿Cuál cree que debe ser la manera de capacitarse en este nuevo entorno?

NN: “El crecimiento del emprendimiento por esas ideas coincide con una idea errónea: se les ha dicho a nuestros hijos que podían hacer cualquier cosa. Su hijo podría decirles algo realmente estúpido y ustedes dirían: ‘¡es una explicación tan bella!’. Se ha criado a estos niños con la creencia de que pueden hacer lo que sea. Y a veces, si uno está criando niñas, ellas podrían decir ‘oh, no escucharon mi idea porque soy una niña’. Y nunca se les puede decir que no. La idea podría no haber sido buena; incluso terrible. Estamos en una sociedad que ha tenido todo esto, así que no es casualidad que el emprendimiento se haya vuelto tan popular.

Y además las corporaciones están retirándose. En el sector privado hay monopolios honestos como AT&T, que hicieron investigaciones extraordinarias, así como IBM que no era un monopolio, aunque algunos pensaron que estaba cerca de serlo. Una compañía que no ha hecho nada por la ciencia es Apple Computer. Ustedes nunca han leído un artículo ni han conocido a un científico de Apple, nunca. Les garantizo eso porque por política no lo tienen permitido. Así que Apple no devuelve nada salvo productos que ustedes pueden comprar. Entonces, ¿qué pasa con el estado del conocimiento? Ni Apple, ni Google, ni Facebook contribuyen. El único que lo hace un poco es Microsoft. Nos hallamos en una situación extraordinaria. Cerca de la mitad de los estudiantes está haciendo estos emprendimientos de pizza y la otra mitad trabaja para las compañías que mantienen todo en secreto (...). Ni siquiera se trata de compartir riqueza, es compartir conocimiento. En diez, veinte años, veremos un déficit de investigación básica. Esto puede no ser cierto para las ciencias biológicas, puede que allí entiendan esto un poco mejor”.

Apuesta al futuro

JMV: Usted vio el advenimiento de la pantalla táctil y la revolución inalámbrica. ¿Podría nombrar algunas tecnologías a las que la humanidad debería apostarle?

NN: “En este momento solo tendría una apuesta: la fusión nuclear. No hay que hacer nada más. Paren todo lo demás e inviertan billones de dólares en ello. Energía infinita (...). Cuando hay fusión nuclear, básicamente hay energía infinita a nulo costo y sin ningún impacto ambiental. Imaginen un mundo donde la energía es gratuita en todo aspecto. Imaginen lo que podrían hacer. No se necesitaría de ningún animal para hacer carne. No se tendría a las vacas emitiendo gases. No habría que criar ganado ni pollos, no habría que pescar, se dejarían los peces en el mar. Y todo esto se podría hacer con energía. Se podría enfriar con aire acondicionado de estado sólido todas las casas de las ciudades, sin químicos. No habría tubos de freón. Entonces se podría tener aire acondicionado en cada casa y la gente podría pensar y aprender mejor. Por cierto, si la temperatura está aumentando en algunos lugares, podríamos enfriarlos. Podríamos crear una nube sobre el Polo Norte y detener el derretimiento del hielo. Podríamos hacer otras cosas. Si el nivel del mar está subiendo, lo succionaríamos y haríamos algo diferente con él. Lo enviaríamos al espacio exterior. De repente, todas las discusiones cambiarían”.

MO: ¿Cuál es el mayor reto que enfrentarán los seres humanos frente a la tecnología en un futuro cercano?

NN: “Asumir las consecuencias del mundo de la biotecnología, porque este va a cambiarlo todo realmente. Tan dramáticamente que estaremos diseñando personas, haciendo todo tipo de cosas. Cuando empecé el laboratorio de medios yo tenía un colega; estábamos tomando algo y pensamos que podríamos imaginar qué haría la gente dentro de 20 o 30 años. Y hoy, si ustedes van al laboratorio de medios, encontrarán un programa muy avanzado para diseñar y crear ratones. Algunas de estas criaturas están corriendo. ¿Son animales o no? Alguien había dicho que en 1980 no habría podido imaginar un programa de diseño de ratones. Y ahora existe uno y es increíble. Así pues, el mundo de las computadoras es el pasado. Es como los plásticos. La biotecnología es fascinante”.

MO: ¿Podría ampliar el asunto de la inteligencia emocional en las máquinas?

NN: “Probablemente el cambio más importante en los últimos 25 años ha sido que los asuntos emocionales se consideraban ruido. Interferían en un experimento limpio. Pero entonces pasaron de ser ruido a ser algo real. No se podía tener inteligencia si no era emocional. Esta escuela de pensamiento era impulsada por gente como Marvin Minsky y Roz (Rosalind) Picard, entre otros. Yo era un entusiasta de ello y apoyaba mucho esta idea. Pero no creo que pueda hacer más de lo que se me ha atribuido. Es genuino. Es algo generalmente aceptado. Cuando se critica a alguien por no tener inteligencia emocional, no es claro qué se quiere decir. Podría ser simplemente que son maleducados. Nosotros le atribuimos eso a la falta de inteligencia emocional, lo cual creo que es un poco ingenuo, pero la inteligencia emocional como término se ha generalizado enormemente, y se usa demasiado. Significa casi cualquier cosa.

Sin embargo, por casualidad, debido a que fui amigo de la gente que inventó el campo, cuando tenían conversaciones como esta en los años 70 y 80, y con menos frecuencia en los 60, no hablaban de autos autodirigidos o ese tipo de cosas. Hablaban de humor. ¿Por qué algo era gracioso? Y esto me parecía una discusión más atractiva. O, ¿por qué la gente aprecia la música? ¿Qué hace que la música sea apreciada universalmente? O, incluso si existen diferentes géneros musicales, ¿qué pasa con el cerebro? ¿Qué ocurre con el pensamiento? Me parecía que estas preguntas, que eran las de los años 60 y 70, eran mucho más sofisticadas que las de los años 2000 y 2010. Ahora todo se trata de interrogantes así: ¿cómo se sabe la diferencia entre un hidrante y un niño de cuatro años? Y luego están las preguntas éticas, la gente piensa: si el carro ha de atropellar a alguien, ¿a quién atropellaría? No estoy seguro de que esa sea una cuestión de ética, pero es algo que realmente va absorbiendo a la gente”.

MO: ¿Existe alguna facultad humana que las máquinas no puedan replicar?

NN: “Lo dudo. El punto donde la gente suele trazar la raya es algo como la conciencia, la voluntad, y así. Por el otro lado, hasta ahora, la pregunta de si la máquina está consciente o tiene un deseo innato, tal vez no sea tan importante. No hay mucho. La intuición está sobrevalorada”.

JMV: ¿Cómo debe evolucionar cualquier país en desarrollo para competir con la velocidad con la que las tecnologías se crean en países de Europa, Japón o China? ¿Se trata de educación o innovación?

NN: “Nos encontramos frente a frente con un ejemplo muy patente porque Corea del Norte y Corea del Sur eran un solo país y ahora, si se miran los dos, Corea del Norte es lo más subdesarrollado que existe, y Corea del Sur es lo más desarrollado. Este cambio se ha visto en un espacio de treinta, cuarenta años. Y todo ocurrió por la educación. Es cuestión de educación, educación, educación. La fórmula es aparentemente sencilla. Funciona en ciertos lugares. Se pueden tomar otros casos. Singapur es demasiado específico porque era un estado nación. China es sorprendente, pero no lo es de manera uniforme en todo el país. Japón es un buen ejemplo, pero es como Alemania, en cierto modo fue artificialmente reconstruido por un esfuerzo posguerra y una inyección de dinero. La educación parece ser el único ejemplo”.

JMV: Hay una discusión sobre el modelo educativo, en el sentido de que enfocarse más en competencias y entrenamiento corto. ¿Cuál es su opinión sobre el futuro de la universidad como institución?

NN: “Esto empieza antes de las universidades. Ellas son una consecuencia de lo que las precede que es un proceso tan industrializado que no es sorprendente que la universidad lo continúe. Y en algunos países, entre ellos Corea, cuando uno pasaba del bachillerato a la universidad tenía que especificar exactamente en qué se iba a meter uno. Entonces, a los 16 años, uno tomaba una decisión y no se podía cambiar. Era increíble. Si uno mira a su alrededor, ve que los países tienen sistemas rarísimos. Hay algo llamado las pruebas Pisa. La Ocde las administra para alumnos de grado 12 y las pruebas clasifican a los países. Finlandia y Corea son los ganadores siempre. Y lo interesante de estos dos es que Finlandia tiene un sistema de educación sin exámenes, sin tareas, los días más cortos por año, el número más corto de horas al día. Y están encabezando la lista. Y Corea tiene exámenes, exámenes, exámenes. Finlandia hace lo opuesto. Y los dos son el número uno y el número dos, mientras que Estados Unidos está más abajo, en la mitad o por debajo de la mitad. Quisiera decirles que la solución finlandesa es la correcta, pero la mayoría de los padres en Colombia y en Estados Unidos admiran la coreana. Quieren que sus hijos obtengan buenos puntajes, presenten estos exámenes y luego vayan a Princeton. Los padres son cómplices en este sistema tan malo. Para cuando llegan a la universidad, todo está predestinado. Sería un poco diferente en las escuelas de artes; de resto es así”.

MO: Pero ese sistema educativo es así porque de esta manera es más fácil controlar una sociedad más compenetrada con el pensamiento lógico que con el creativo o lateral. ¿Cuál es la razón desde su perspectiva?

NN: “Es así porque es más fácil gestionar la educación. Hay otro supuesto general sobre la educación y es que los niños deben ser segregados por edad. Es una de esas cosas que si se vieran desde el espacio exterior uno se preguntaría: ¿por qué lo hacen así? ¿Por qué hacer que los niños de seis años estudien con otros de su misma edad este año y a los siete, igual? Es ridículo. Cuando se tiene más de un hijo se darán cuenta de que aprenden el uno del otro. Es la forma más dinámica”.

JMV: Es más fácil de manejar.

NN: “Sí, exacto. Es fácil de manejar (...). Además les dan luego un examen y dicen, bueno, los niños de seis años deberían saber esto. Si no lo pasan, entonces el próximo año estudian con los de cinco años que acaban de entrar en el sistema. Increíble”.

MO: Eso me hizo pensar en lo errada que puede ser nuestra idea del éxito. ¿Qué es para usted?

NN: “Es más bien un sentido del yo y de lo que se ha logrado. Es más un sentido de uno mismo y de sus propios logros en lo que se hace. Alguien puede no ser exitoso según muchas medidas, pero haber hecho muchas cosas y tener una gran dignidad”.

Urbanización de ciudades

JMV: Como arquitecto, ¿cuál es su opinión sobre la urbanización en grandes ciudades?

NN: “Una de las pocas ventajas de la edad (y no hay muchas) es que uno gana una perspectiva más grande y puede mirar hacia atrás y ve lo que de verdad había. Cuando éramos estudiantes, las personas se iban de las ciudades lo más rápido que pudieran. Las ciudades, en especial en los EE. UU., tenían una mala educación —porque nuestro sistema funcionaba increíblemente con los impuestos inmobiliarios—, además, eran peligrosas y estaban contaminadas. Y las personas que se quedaban eran las minorías: los pobres, los afroamericanos y los latinos. Ahora tenemos una completa inversión y todos están corriendo de vuelta a la ciudad, en parte porque tuvieron a sus hijos y ahora sufren del nido vacío. Los más jóvenes se han casado más tarde y quieren divertirse y pueden hacerlo en la ciudad. De repente todos están yendo a la urbe y la gente que está siendo desplazada son los pobres. Este cambio está sucediendo en general, no es solo Medellín versus Boston. Lo que puede pasar, o lo que espero que pase, es que las líneas no se hagan tan difusas: que lo que es urbano sea urbano y lo que es rural sea rural, y tal vez tendrán un contraste más marcado, en lugar de estas ciudades gigantescas, como Ciudad de México, que crecen interminablemente. Esta tal vez no sea una buena manera de proceder (...). La pregunta que Norman [Foster] y yo nos hemos hecho es: ¿se puede construir una ciudad sin infraestructura? La razón por la que estamos interesados en ello es porque se pueden recuperar tugurios de formas que no se habían intentado antes, es decir, como es ahora que se pasa un buldócer encima de un pedazo de tierra y la compañía constructora construye. Las personas desplazadas puede que vuelvan. Ese es otro tema.

Así que ¿se puede renovar de una manera más orgánica? Cada unidad es autónoma. Por ejemplo, considere un inodoro. Si un inodoro no vacía, sino que procesa y una vez al día saca un gránulo que usted puede usar como fertilizante es algo muy diferente a un sistema de alcantarillas, que es lo que hemos hecho en el pasado. Así que, si se puede llegar hasta la autonomía extrema, tan extrema como la que se encuentra en un cohete. Algo que no tiene sentido ahora, pero ¿qué tal si tiene energía nuclear y adquiere sentido en términos de costos? ¿Sería una nueva manera de pensar las ciudades? Esa es la idea básica”.

MO: ¿Cuál cree que es el futuro de los medios?

NN: “No sé cómo funciona en Colombia, pero en Estados Unidos y muchas personas ni siquiera saben esto, la división entre noticias y editoriales (opinión, análisis) es bastante aguda. No es igual de cierto esto en televisión, pero sí en los periódicos. Creo que el lado noticioso de los periódicos será lo que es, puede ser automatizado. Pero el lado editorial es lo que no se irá. Esa es la parte que es tan interesante y donde pienso que está el futuro”.

MO: Usted tiene una fascinación por la música.¿Qué valor encuentra allí?

NN: “Yo soy muy poco musical, en el sentido de que nunca fue una parte de mi educación, ni pongo música en mi casa. Pero tengo una gran admiración por ella, porque es el único campo en el que con la misma fuerza se puede ver como expresión y arte; procesamiento de señales y cognición o pensamiento. Las tres cosas son muy poderosas. Mi comprensión se centró sobre todo en el procesamiento de señales. Era algo que podía entender, era física. Pero había personas del Media Lab que podían entender las tres y Marvin Minsky era una de ellas. Era un pianista muy bueno y era un ejemplo perfecto de alguien que comprendía los tres aspectos de la música. Mientras que en muchas de las otras artes está la parte de la cognición, pero no tan fuerte, no tan clara”.

MO: ¿Qué lo sorprende en este momento?

NN: “Asuntos como el sentimiento antichino en los Estados Unidos me sorprende. Y es algo que no parece tener nada que ver con que seas demócrata o republicano. Usted puede decir que lo que hace Trump es ridículo, pero si llegan los demócratas no estoy seguro de que las cosas cambien. Así que hay un sentimiento muy grande de ‘nosotros contra ellos’. Yo no tengo ni una pizca de nacionalismo en mi cuerpo. No pienso de esa manera. Así que el concepto de un país, es algo que si lo vieras desde el espacio pensarías: ‘qué concepto tan extraño eso de crear países. Tienen unos grandes con más de mil millones de personas, y unos pequeños con algunos miles de personas. ¿Qué estaban pensando?’ (...). Yo pensé que el mundo se iría cada vez más hacia la gobernanza global. Hemos hecho lo contrario”.

JMV: Usted es un estudioso de la sociedad...

NN: “Yo solía pensar que la solución para la humanidad sería internet, para conectar a todo el mundo. Ahora en lo único que puedo pensar es en el matrimonio intercultural: promover que todos los colombianos se casen con gente de la India o China. ¡No tienen que hacerlo! Pero por lo menos las familias lo pueden motivar. Creo que cambiar el mundo a través de matrimonios interculturales puede tener un impacto a largo plazo” .

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