Tras su visita a México y Ecuador, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, llegó este sábado a Colombia, donde adelantará una agenda relacionada con la crisis migratoria que afecta tanto a su ciudad como al país, especialmente a la región del Urabá antioqueño, a donde llegan miles de migrantes para cruzar el Tapón del Darién, frontera entre Colombia y Panamá que también visitará para evidenciar, en primera persona, el drama que se vive allí.
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El alcalde Adams arribó este sábado 7 de octubre a la dirección de Antinarcóticos en Bogotá, donde fue recibido por el director de la Policía, el general William Salamanca, y el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo.
A su llegada, Adams reflexionó sobre la lucha que se tiene en Estados Unidos contra el fentanilo, y cómo esta llevó a la muerte a un menor de un año de edad, comparando el hecho con las decenas de muertes de menores cruzando el Darién.
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“Perdimos un bebé de 12 meses de edad que estaba durmiendo al lado de residuos de fentanilo, estamos perdiendo niños todos los días en El Darién. Nuestra tarea es más que hacer la calistenia del día a día, los niños dependen de nosotros. Ustedes lo que hacen es combatir por el bien de nuestro futuro, los Estados Unidos y las Américas, Colombia y en todo el globo, ellos se sientan bajo las sombras de la libertad, en seguridad porque ustedes la garantizan con sus actos. Gracias”, expresó.
Luego de una bienvenida en la capital, la delegación se desplazó al municipio de Necoclí, en la subregión de Urabá, con el objetivo de evidenciar la crisis migratoria en el Darién, por donde miles de migrantes cruzan diariamente con el deseo de llegar Estados Unidos.
Esta semana, en México, el alcalde neoyorquino aseguró que en su ciudad “no hay espacio” para más migrantes. Y es que en la Gran Manzana, el sistema de albergues está desbordado y la crisis ha representado un enorme gasto de sus recursos.
En este sentido, Adams lamentó que las autoridades locales se enfrentan a un duro desafío a la hora de dar cobijo a más de 110.000 migrantes, un promedio de 500 diarios, que han llegado a Nueva York desde la primavera de 2022, un aumento que ha contribuido a hacer recortes en los presupuestos municipales. Unas 60.000 personas siguen alojadas en la ciudad.
“Venir a Nueva York no significa que se van a quedar en un hotel de cinco estrellas. No significa que, por el mero hecho de venir aquí, automáticamente se les vaya a permitir trabajar”, señaló Adams.
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A su vez, destacó que la ciudad está atravesando “momentos extremadamente difíciles” que serán “dolorosos” tanto para los neoyorquinos como para los migrantes.
“Merecen un ambiente más digno que el que podemos ofrecerles debido a la magnitud de este problema y los costos asociados a él”, afirmó.
