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Según las proyecciones del Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), Medellín, que en el censo de 2018 registró una población de 2’508.452 habitantes, a 2020 debe estar habitada por 2’576.133 personas, con un crecimiento calculado en una tasa de 0.89 % anual. Los cálculos de la entidad indican que para 2024 la ciudad tendrá 2’700.443 habitantes y 2’827.485 en 2027.
Pensando en la última fecha (2027), cuando en la ciudad habrá una población superior en 251.352 personas con respecto a la actual, Empresas Públicas de Medellín ya empezó a ejecutar el plan para aumentar la capacidad de sus estaciones de energía para satisfacer la mayor demanda que habrá de sus servicios.
Para ello inició la modernización de las subestaciones de energía Guayabal y Central, con elementos y métodos constructivos de última tecnología que buscan, además de optimizar el sistema, causar los menores impactos posibles durante y luego de la ejecución.
“Estos proyectos pretenden atender la demanda futura y prestar un mejor servicio, con calidad y continuidad”, expresó Gloria Elena Cano, líder del proyecto.
Se construirán redes subterráneas de distribución de energía, cruces aéreos y cruces con tecnología Tunnel Liner, cámaras de inspección y otras obras complementarias. La inversión será de $62.000 millones para un total de 6 kilómetros de cable instalados, de los cuales 5,06 irán bajo tierra. Las líneas aéreas serán de 0,62 kilómetros e irán paralelas a los puentes Horacio Toro, el peatonal del metro Poblado y la quebrada La Hueso.
La largada para ambas intervenciones se dio el pasado 16 de junio y ya están en obra.
Para la ampliación de la subestación Guayabal se parte de esta hasta llegar al puente peatonal que se construye en la estación Poblado del metro. De allí se toma la margen izquierda de la autopista en sentido sur-norte hasta llegar a Ciudad del Río, con tres cruces incluidos: uno de la calle 17 hasta la avenida Las Vegas; otro a la altura de la calle 19A hasta Las Vegas; y otro en Mercados del Río hasta la misma avenida Las Vegas. En la ruta Ciudad del Río se abarcan 2,73 kilómetros
Esta subestación está ubicada en el sector Suramericana. Los trabajos van paralelos a los de la Guayabal.
Un ramal sale hacia el barrio Naranjal y otro hacia el sector del cementerio San Pedro. La que va hacia Naranjal abarca 0,41 km (410 metros); y la que va hacia San Pedro 3,45 km. Esta red va pegada al puente Horacio Toro (sector de la Plaza Minorista).
Según John Jairo Celis, gerente de Proyectos Subestaciones, la nueva manera de construir o instalar redes de energía en la ciudad es bajo tierra, pues si bien los postes han funcionado por décadas para llegar con el servicio a las viviendas y empresas, la intención es no instalar más de estas estructuras.
“Los postes que hay no se van a desinstalar, porque están cumpliendo su función, pero el desarrollo de la ciudad requiere de la tecnología subterránea, que aunque es más costosa en la construcción, presenta, al final, más beneficios tanto para los clientes como para la ciudad”, explicó.
Los cables a instalar son de 13.200 voltios. La tecnología Tunnel Liner es un sistema de perforaciones especial para zonas urbanas, pues elimina el impacto de la abertura de zanjas y genera menos efecto en la movilidad: “Mientras por encima van los vehículos, por debajo se labora. Y se parte de dos frentes, se fija una línea en el centro”, indicó Celis.
El directivo recalcó que con la repotenciación de las subestaciones se cumplen dos objetivos primordiales: uno es la confiabilidad, ya que se garantiza que el servicio reducirá sus interrupciones; y el otro es la capacidad de atención de la demanda, pues el crecimiento de la ciudad es una constante y EPM debe estar a la altura del reto de satisfacer a todos los clientes o usuarios.
Los trabajos están proyectados para siete meses. Las labores en ambos frentes generarán, al tiempo, de 600 a 700 empleos entre directos e indirectos, “lo que ayudará a la reactivación de la economía, que se ve golpeada por la pandemia”, resaltó Celis.
Pero EPM no solo ha abocado la modernización y ampliación de sus subestaciones de energía. De tiempo atrás también viene modernizando sus sistemas de acueducto y los procesos de control de la calidad del agua.
Para esta tarea viene utilizando una metodología de escaneo lateral con cámaras 3D (en tercera dimensión) para determinar el estado estructural y operacional de las tuberías, cuyos resultados le permiten a la entidad tomar decisiones relacionadas con la reposición y el mantenimiento.
La velocidad de inspección de estas cámaras (tipo sonda) es de 21 metros por minuto, lo que permite en una hora inspeccionar 1.260 m y en un día más de 30 kilómetros.
Para las redes de alcantarillado se trabaja con cámaras de empuje que permiten más flexibilidad y rapidez en las televisaciones, que aportan información para la toma de decisiones sobre las acciones a realizar en la infraestructura de este servicio.
Jorge William Ramírez, gerente de Provisión de Aguas, resaltó que a lo largo del tiempo el personal de la entidad fue visionario para proyectar los servicios hacia elementos de última generación, hasta contar con un sistema amplio, robusto y eficiente para atender los clientes.
Sin embargo, acotó, “no nos podemos quedar ahí, tenemos que recurrir a elementos de última tecnología para mantener este sistema a punto, coger esa infraestructura disponible y actualizarla acorde con las exigencias del entorno, del cambio climático y de las condiciones de calidad, por lo cual trabajamos en nuevos procesos de desinfección, de ozonización, de equipos ultravioletas, de inteligencia en el manejo de los datos”, expresó.
Todo apunta al reto de tener una ciudad más inteligente, con sistemas de información que garanticen un suministro de servicios más eficiente en continuidad, seguridad y cobertura.