La carrera 101, angosta y vibrante, es la principal vía de entrada al barrio Olaya Herrera, de la comuna 7 de Medellín. Y, como todo eje central de una zona que ha vivido dolorosos episodios de violencia, hoy es su nervio y alma. Es la vida misma.
A lado y lado, se van sucediendo legumbrerías, almacenes de ropa, peluquerías, bares, la parroquia y es por donde van y vienen buses, motos y vehículos de forma constante.
En uno de los cruces se desprende otra callecita más estrecha, la 101, que conduce a la Institución Educativa Barrio Olaya Herrera.
Aquí un grupo de estudiantes de séptimo, octavo y noveno, inicialmente jugando a ser etnógrafos y, hoy, en un serio papel de investigadores, estructuró tres proyectos que los tiene a las puertas de viajar a Quito (Ecuador).
Todo porque fueron invitados a presentar sus proyectos de investigación social en el Primer Congreso Iberoamericano de Investigadores en Publicidad “Pensar y practicar la publicidad desde el Sur”, organizado por el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) y auspiciado por la ONU. El evento será 21, 22 y 23 de marzo de 2016.
Es su sueño, varias empresas empresas estatales y privadas se les han unido como Fundación Éxito, Empresas Varias y Viva Colombia, pero faltan más manos generosas.
Investigación y los proyectos
Todo empezó el año pasado, recuerda Daniel Marín Congote, rector del colegio, cuando el profesor Jorge Urueña motivó a los estudiantes a mirar las necesidades del barrio para pensar en las soluciones. Se unió el equipo docente.
A partir de la implementación del Taller de Investigación Social: Diseñando la Ciudad, una iniciativa que busca que los estudiantes hagan una mirada crítica de su entorno, definieron tres proyectos, según señaló el profesor Urueña.
Uno primero se denomina El plan para el Plan, que es una propuesta para mejorar la movilidad en el barrio, expresamente para el sector conocido como el Plan. Allí confluyen la mayoría de las rutas de los buses de Blanquizal y es alta la accidentalidad.
Carlos Taborda, estudiante, dice que vieron la necesidad de que el tráfico fluya constantemente, por lo que se requiere señalización. Los directivos docentes señalan que los estudiantes de grados altos pueden hacer el servicio social como agentes pedagógicos de tránsito y por eso buscan el acercamiento con la Secretaría de Movilidad de Medellín.
Otro de los proyectos es el de manejo de los residuos, que es un problema en el barrio. Los jóvenes estudiantes Samuel Valencia y Lizet Vanegas dicen que buscan sensibilizar a los habitantes para que los saquen a las horas precisas y no causen malos olores y plagas.
Y una tercera iniciativa la constituye el Plan de Alimentación Ciudadana (PAC), que aborda la necesidad de solucionar la forma en cómo se alimentan las familias.
Afirman los estudiantes que es una forma de nutrirse mejor, de acuerdo con la realidad de cada familia, para lo cual ya lograron un primer apoyo de la Fundación Éxito.
Los proyectos están por ahora en el papel, pero los estudiantes y los docentes tienen todo el empeño para traducirlos en hechos concretos.
Por eso estiman que es clave ir a presentarlos a Ecuador. Mientras tanto, estos jóvenes no se quedan en el aula, porque sus investigaciones les señalan que afuera, en su entorno, los necesitan. Cuando caminan por la carrera 101, despiertan la curiosidad de los comerciantes y de los habitantes del Olaya Herrera.