Luego de que un grupo de visitantes causara daños ambientales en el páramo del Sol (destrucción de frailejones y abandono de residuos sólidos), las autoridades del municipio de Urrao, uno de los cuatro en los que se extiende este ecosistema (también llega a Caicedo, Abriaquí y Frontino), se reunieron para evaluar la situación y hacer una revisión de la actividad turística en la zona.
Las denuncias hechas por colectivos ambientalistas a través de redes sociales llamaron la atención de las autoridades en vista de que la afectación aumenta cada año y, por ahora, no hay una normativa que regule el turismo en el sector.
Este ecosistema es fundamental para el departamento, pues alberga gran cantidad de agua, especies vegetales y animales en peligro de extinción como el oso de anteojos.
Durante el encuentro en el municipio, según reseña el periódico regional El Suroeste, la Administración Municipal aseguró que había concedido 14 permisos de acceso al páramo en Semana Santa, lo que significa la presencia de 105 personas (“que no exceden la capacidad de carga del lugar”) y que los frailejones derribados, que circularon en redes, habían sido derribados mucho tiempo atrás.