Antioquia barre en los premios Alejandro Ángel, el máximo galardón para investigadores

Investigadores y organizaciones del departamento fueron exaltadas por sus aportes a la música, el medio ambiente y la solidaridad.

En la categoría Ciencias Sociales y Humanas, el Departamento de Música de la Universidad de Antioquia se llevó un galardón. FOTO: CORTESÍA

Los Premios Nacionales Alejandro Ángel Escobar, que premian la investigación y la difusión científica, recalaron en gran medida en Antioquia. Por investigaciones en diversos campos, como las diferencias del porro en Colombia y la elaboración de biocombustibles, fueron condecorados investigadores de la Universidad de Antioquia.

En la categoría Ciencias Sociales y Humanas ganó la investigación liderada por Juan Sebastián Ochoa Escobar, del Departamento de Música de la Universidad de Antioquia. Lo llamativo del trabajo es que no solo se centró en la documentación del porro, una música de la región Caribe, sino que también se atrevió a crear.

Entre los hallazgos, se destaca que la investigación encontró cuatro músicas a las que se les llama porro: los porros de banda sabanera, de orquesta de salón, del conjunto de gaitas largas y de los conjuntos parranderos del Eje Cafetero.

Volviendo con la intención creadora del trabajo, el jurado destacó que los investigadores compusieron, arreglaron y grabaron 28 porros. Para el jurado, el trabajo fue “magistral”. “Es una apuesta que trasciende las fronteras nacionales, pues este trabajo incrementa el impacto que en la actualidad están teniendo en España y Latinoamérica las discusiones teóricas y la aplicación de los métodos de la investigación-creación que se están desarrollando en Colombia”, precisaron los calificadores.

La otra investigación premiada, en la categoría Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, condecoró a un trabajo sobre la obtención de combustibles renovables a partir de microalgas. El grupo de investigadores está compuesto por David Ocampo Echeverri, Luis Alberto Ríos, Gabriel Jaime Vargas y Elkin Andrés Gómez.

El jurado consideró que el desarrollo de combustibles a partir de microalgas tiene mucho futuro y potencial, especialmente al ser hecho de un bien renovable y que no contamina. “Tiene enorme potencial para mitigar los impactos de la industria de cemento en el país y en el mundo. La tecnología desarrollada supera muchos de los problemas de los biocombustibles más tradicionales (...) el uso de microalgas, además, no compite para este fin con productos destinados a la alimentación humana”, consideró el jurado.

En la categoría solidaridad, el galardón fue para la Fundación Infantil Santiago Corazón, que surgió en 1988 después de conocer las historias de niños colombianos enfermos del corazón y sin recursos económicos, para los que no existía casi ninguna posibilidad de vida por falta de especialistas, infraestructura y equipos para ser diagnosticados y tratados.

Según datos de la fundación, han atendido 70.000 niños y en alianza con la Clínica Cardio VID y el Hospital San Vicente Fundación, trabajan por la salud de estos menores con un 93% de éxito, cuando son atendidos de forma temprana.

“Se destaca por la forma cómo desarrolla su modelo de trabajo para atender a los niños a partir de reconocerse como un facilitador y articulador entre los diversos actores de la cadena de atención en salud... también el programa de fortalecimiento de capacidades a la comunidad médica y de enfermeras para la detección oportuna, de excelente calidad y sin distinción a niños con cardiopatías”, destacó el jurado evaluador

El objetivo principal de la fundación que fue destacada en la categoría solidaridad es construir, dotar y adecuar espacios especializados en cardiología pediátrica para que los niños sean atendidos.