Uno de los corredores verdes con mayor consolidación en el occidente de la ciudad es el de la quebrada La Guayabala. Esta serpentea desde el corregimiento Altavista atravesando zonas como La Mota, el club El Rodeo, Campos de Paz y el cerro Nutibara.
Dentro del proyecto de recuperación de la calidad del aire con corredores verdes, la Alcaldía avanza en un proyecto de siembra de 1.844 árboles: 1.088 en el ramal oriental, que va por la carrera 65; y 756 en el ramal occidental, que llega hasta el sector Rodeo Alto.
En zonas conurbadas como la suroccidental, con numerosos edificios y alto tráfico vehicular, ya que cruzan avenidas como la 80 y 76 y las calles 30 y 33, el corredor de esta quebrada ofrece un solaz para respirar aire puro.
Además se busca el retorno de fauna perdida, que ha abandonado la zona por la gran construcción de edificios y la perdida de espacios verdes. Ya se han avistado zorros perrunos y distintas variedades de pájaros.
“La idea es darle más verde a la ciudad, recuperar los retiros de los afluentes para llenarlos de vida”, comentó el secretario del Medio Ambiente de Medellín, Sergio Orozco.
La siembra de vida incluye especies como el gualanday azul, especie en vía de extinción, y árboles como el caracolí, que pueden durar hasta 70 años y alcanzar cerca de 40 metros de altura.
Un árbol puede absorber entre 10 y 30 kilogramos de C02 (gas contaminante) por año. Los 1.844 sembrados en la La Guayabala absorberían entre 18.000 y 55.000 kilogramos de C02.