La columna vertebral de los datos sobre criminalidad que ha sustentado las políticas públicas de la ciudad estaría pasando por una crisis que va desde bajo presupuesto hasta descentralización de las cifras de homicidios.
Se trata del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), que nació en 2008 para proporcionar datos certeros sobre seguridad y criminalidad de la ciudad, esto con el fin de crear políticas públicas y programas basados en investigación y estadística. En cinco oportunidades ha ganado el Concurso Internacional de Buenas Prácticas de Análisis Delictual, otorgado por la Fundación Paz Ciudadana.
En los últimos dos años el Sisc ha perdido trascendencia en sus informes cualitativos. Por ejemplo, una fuente al interior del Sistema dice que el convenio de análisis de denuncias con el Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) no se renovó, lo que brindaba insumos muy importantes para capturar a violadores en serie.
Este es apenas un detalle, pues al interior del Sistema aseguran que las cifras de homicidios que llegan desde la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá solo son manejadas por unos cuantos que ni siquiera son expertos en estadística; los datos permanecen bajo un hermetismo extremo y funcionarios suelen recibir llamadas que señalan que los datos no cuadran con la fuente original, siempre son menores.
Los reportes del Sistema de Información para Seguridad y la Convivencia comenzaron a llegar a los medios de comunicación en 2016, en los que se entregaba información detallada de los casos de homicidios que se registraban cada día en la ciudad. En ellos se suministraba información sobre cómo ocurrían los hechos, aunque sin entregar identificaciones de posibles victimarios ni de detalles que no fueran de público conocimiento.
La información comenzó a llegar después del primer año en el que Medellín estuvo por debajo de los 500 homicidios en un año (un número que no se veía desde 1979), cuando se empezaron a llevar estadísticas consolidadas de este delito, el cual por décadas fue la principal vulneración de la seguridad.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los reportes fueron conteniendo cada vez menos información para los medios de comunicación, casi que remitiéndose a entregar identidad, edad, lugar y hora de los hechos, cerrando la información con “materia de investigación”, pese a que en muchos de los casos los detalles ya hubieran trascendido.
El principal argumento que se ha entregado por parte de las autoridades sobre este boletín es que la información estaría afectando las labores investigativas de los casos. Fuentes de la Policía y la Fiscalía le señalaron a EL COLOMBIANO que la versión de que se estarían entorpeciendo las investigaciones no vino de ninguna de estas dos entidades. Se trataría de una petición por parte de la misma Alcaldía.
“El Sisc no lo pueden acabar porque existe gracias a una política pública, sin embargo sí le han bajado totalmente el perfil. Antes éramos unas 25 personas y ahora somos más o menos 15. Pero, como si fuera poco, han cambiado los perfiles. El Sisc había cambiado poco porque trabajaba gente muy especializada, ahora tenemos hasta a un coronel retirado que no tiene mucha idea de temas estadísticos, aunque sí una maestría en paz”, le dijo una fuente a EL COLOMBIANO.
La fuente señala que en administraciones anteriores había mucha transparencia con las cifras que llegaban desde Policía, Fiscalía y Medicina Legal, sin embargo, ahora las concentran unos pocos y quienes estaban en el equipo encargado de análisis ahora están como ayudantes administrativos.
Ahora bien, el reporte público del Sisc se sigue publicando, ligado como siempre a la Secretaría de Seguridad y Convivencia de la Alcaldía de Medellín, que continúa entregando las cifras diarias de los homicidios por comunas y los posibles móviles de estos hechos.
Por ejemplo, hasta el 19 de febrero se reportaban 47 homicidios en los corrido del año en Medellín, de ellos once habrían ocurrido por retaliaciones entre las estructuras delincuenciales, así sin mayor grado de especificidad. Entre las otras explicaciones está: siete casos por problemas de convivencia, 4 vinculados con hurtos y 21 casos no han sido puntualmente categorizados, no se sabe por qué ocurrieron.
Desde la Policía se están enfocando en bajarles el perfil a los casos hasta tal punto que no hacen menciones cuando ocurren los homicidios o se producen capturas. “No hay que nombrarlos para evitar darles publicidad y fuerza”, manifestó en su momento el comandante de la Policía Metropolitana, general Javier Josué Martín.
En contraste con la reducción notoria de la información entregada en este reporte público, desde la Alcaldía de Medellín vienen mostrando con orgullo la reducción notoria de los homicidios durante la administración de Daniel Quintero. Cuando terminó la administración de Federico Gutiérrez, Medellín cerró el año con 592 casos, sin mayor restricción a esta información.
Actualmente, las cifras no superan los 400 asesinatos, pero con una marcada disminución en la entrega de los datos de los casos. Todo parece indicar que la administración quiere montar una secretaría de datos, para seguir así con el discurso vanguardista, quizá esta sea la razón por la que ahora la información parece un bien preciado y atesorado.
Desde la Secretaría de Seguridad indicaron que al Sisc no se le ha bajado el perfil y que la muestra de ello es que pronto se publicarán un par de libros con investigaciones basadas en datos de la ciudad, además de que el informe de homicidios se sigue presentando diariamente. Ahora bien, aclaran que sí han tenido que apretarse la correa por cuenta de la baja en el gasto público que trajo la pandemia, lo que (dicen) no les ha impedido seguir trabajando a plenitud.
Una de las preocupaciones que más señalan expertos consultados por este medio, e incluso funcionarios de la Alcaldía, es que con la baja de presupuesto, la información parcializada y el cambio del personal especializado, el Sisc ha visto reducida sus posibilidades a ser un simple instrumento estadístico, que cada vez incide menos en las decisiones estratégicas sobre seguridad. En muchos casos, además, el Sisc solo replica información del Siedco, el sistema estadístico de la Policía, perdiendo independencia en su análisis