El caso de la lora ocurrió en el Valle de Aburrá, el animal tuvo un crecimiento desproporcionado del pico debido al encierro. El caso del perro fue en Sonsón, donde un hombre fue capturado como presunto responsable.
Dos aberrantes casos de maltrato animal reportaron las autoridades en las últimas horas en Antioquia: uno está relacionado con el cautiverio de fauna silvestre en el Valle de Aburrá y el otro con lesiones causadas a un animal de compañía en Sonsón, Oriente del departamento.
El primer hecho fue reportado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) y se trata de una lora frentiamarilla que (Amazona ochrocephala), una especie silvestre protegida en el país, que fue ingresada al Centro de Atención, Valoración y Rehabiliación (CAVR) de dicha entidad luego de que una persona la entregara de forma voluntaria, según explicó Alejandro Vásquez Campuzano, subdirector ambiental del Amva.
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Es un caso doloroso. La lora había estado 32 años en cautiverio y presenta un crítico estado de salud por esta causa. El pico del ave tuvo un crecimiento exagerado y desproporcionado para su especie, además de que lo tiene deformado por completo.
Según los expertos, esto se debe a que estuvo encerrada como si fuera una mascota por tanto tiempo, sin superficies naturales como ramas o cortezas de árboles que son fundamentales para el desgaste natural de su pico.
Por otro lado, tuvo un sobrecrecimiento en sus uñas, lo que le generó un apoyo inadecuado de las patas y por eso tiene una inflamación crónica muy dolorosa. Esto, también por el prolongado encierro y el manejo inadecuado del ave, que nunca debió salir de su hábitat natural.
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Durante los 32 años de cautiverio, la lora frentiamarilla recibió una alimentación inadecuada y no pudo realizar los comportamientos normales de su especie, lo cual terminó con el deterioro progresivo de su salud.
En las patas también presenta abscesos, además de plumaje grasoso, zonas sin plumas y escamas en la piel, lo que indica que su salud está muy comprometida, de acuerdo con los reportes de los médicos veterinarios que la atienden en el CAV, proyecto que desarrolla el Amva en articulación con la Universidad CES.
El subdirector Vásquez Campuzano indicó que desde 2024 hasta la fecha han recibido más de 748 loras, de las cuales el 57% ha sido asociado a casos de tráfico de fauna. Por ello, reiteraron el llamado a la ciudadanía a no caer en este delito y a denunciar cualquier caso de tenencia ilegal de fauna silvestre en inmuebles o que se esté comercializando.
“La mejor manera de proteger a estas especies es dejarlas libres, donde pertenecen. Los loros no son mascotas, son aves que necesitan volar, alimentarse de frutos y semillas propias de su hábitat, comunicarse con otras aves y cumplir sus roles ecológicos. Privarlos de estas conductas naturales, incluso con buenas intenciones, genera daños físicos y comportamentales irreversibles”, indicaron desde el Área Metropolitana.
El otro caso fue reportado por el Departamento de Policía Antioquia. En desarrollo de labores para la protección del capital natural en Sonsón, Oriente antioqueño, en zona rural conocida como Los Tanques, los uniformados capturaron en flagrancia a un hombre señalado de agredir con un machete a un perro.
El arma blanca con la que el hombre habría maltratado a este animal de compañía fue incautada y puesta a disposición de las autoridades competentes. Asimismo, el presunto responsable del hecho fue dejado a disposición de la Fiscalía Seccional de Sonsón para su proceso de judicialización.
Según indicaron las autoridades, el hombre podría responder por violación al artículo 339A del Código Penal, que se refiere al maltrato animal, afectando la vida, integridad física y emocional de estas especies.
Estos casos de maltrato a animales de compañía siguen siendo un grave problema, delitos que investiga el grupo especializado de la Fiscalía Gelma, que recibe hechos terribles: animales macheteados, heridos con objetos contundentes, encerrados, aguantando hambre y sed, con signos de violencia sexual, con graves fracturas, desmembrados, sumergidos en agua hirviendo, hacinados, con agresiones casi imposibles de imaginar en contra de seres sintientes e indefensos.
La creación de Gelma, en 2019, ha permitido poner con mayor contundencia estos casos en la escena pública, lo que genera rechazo social, pero permite además que se reduzca la impunidad por la existencia de un equipo especializado, con fiscal nacional, pero también con uno en cada seccional (hay uno para Antioquia y otro para Medellín), en articulación con otros profesionales y con las autoridades ambientales. Esto permite mayor capacidad para diligencias, verificación oportuna de denuncias, capturas e investigaciones priorizadas.
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