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Dos moles de cemento están creciendo sobre la avenida 80. En la intersección con Colombia, sobre la vieja glorieta, ya se erige la primera de ellas: medirá 222 metros lineales y tendrá siete grandes apoyos. Y sobre San Juan, de subida a La América y a la comuna 13, se está gestando la segunda, que medirá 268 metros lineales. Son dos intercambios viales que harán posible la construcción del futuro metro de la 80. Pero las obras han tenido algunos tropiezos y esto, según la concejala María Paulina Aguinaga, podría poner en riesgo al futuro sistema de transporte.
El asunto es sencillo de explicar. Sergio López, director de Planeación Medellín y gerente del proyecto metro de la 80, explicó que los dos intercambios quedaron contemplados dentro del conpes con la Nación. Es decir, según el convenio de cofinanciación, el municipio aportará $1,062 billones para la construcción del sistema, de los $3,54 billones totales. Dentro de ese poco más de billón que aportará la ciudad, los dos intercambios contarán como un pago en especie. O sea, con la construcción de ellos se pagarán $229.000 millones del total.
El quid del asunto está en que la Nación puso un plazo límite para aceptar los intercambios como pago en especie. Si el municipio quiere que se tengan en cuenta, deberán estar listos antes de diciembre de 2022, cosa que algunos han puesto en duda, dado los retrasos que han tenido.
María Paulina Aguinaga, concejala de Medellín por el Centro Democrático, fue quien hizo la alerta. Dijo que los convenios interadministrativos que firmó la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) para la construcción de los intercambios viales se hicieron en agosto de 2018 y hoy, dos años y medio después, el de la calle Colombia, que es el más avanzado, va en un 55 % de ejecución (con corte a la semana pasada). “Inicialmente se habló de siete intercambios, pero hay solo dos en fase 3. En dos años y siete meses, desde que se firmaron los convenios, el avance ha sido del 47 % para los dos. O sea, hablamos de apenas 1,7 % de agosto para acá. A ese ritmo no van a ser entregados para 2022, cuando los requiere la Nación”, explicó Aguinaga.
Según la concejala, si continúan al ritmo que van, las obras demorarían dos años y medio más. “Los retrasos son de antes de la pandemia. Para marzo del año pasado había un atraso del 30 % por culpa de los diseños. La excusa de la pandemia no sirve, pues ya venían con problemas desde antes”, agregó Aguinaga.
Echavarría, sin embargo, reconoce que, como lo advirtió la concejala, en el de la calle Colombia sí ha habido retrasos. “El problema fue que la administración anterior dio inicio a la construcción mientras se hacían las adquisiciones prediales. No había margen de maniobra para ir avanzando porque los predios no estaban comprados. Además, nos llegó la pandemia y todas las obras de Medellín tuvieron retrasos”, explicó el gerente.
En Colombia, según la misma EDU, tenían que ser adquiridas 117 propiedades, de las cuales ya se han comprado unas 100. En un recorrido por la obra, EL COLOMBIANO vio cómo un edificio recién adquirido estaba listo para ser derribado y así poder continuar con la obra. Según los ingenieros que estaban en el lugar, el predio mencionado no generó retrasos, pues los trabajos aún no han llegado hasta ese sitio.
Jaime Giraldo, líder de los comerciantes de la calle 80, confirmó lo dicho por el gerente. Contó que las obras, efectivamente, comenzaron cuando los predios aún no estaban negociados. Esto, mencionó, les afectó a los comerciantes y a los habitantes del sector. “¿Cómo va a vender uno cuando afuera del negocio están haciendo trabajos? No se socializó bien y comenzaron las obras antes. Acorralaron a la gente para que vendieran los predios”, comentó Giraldo.
Por eso, para el intercambio de la avenida San Juan, dijo el gerente, se tuvieron en cuenta los aprendizajes en la calle Colombia y las obras no comenzaron hasta que la gestión predial estuviera adelantada. “El inicio de las obras fue en septiembre del año pasado y ya tenemos un avance del 25 %, 8 % por encima de lo estimado. Es totalmente falso que ese proyecto tenga retrasos. Lo que hicimos fue posponer el inicio de obras para asegurar la compra de los bienes. Fue una decisión administrativa que no generó demoras en el cronograma”, explicó el gerente.
Para el intercambio de San Juan era necesario adquirir 128 predios, de los que 118 están ya en manos de la EDU. Para la compra de bienes de los dos intercambios se firmó un convenio interadministrativo por $124.000 millones; para la ejecución de obras se firmó otro por $93.000 millones. Mediante una modificación, las construcciones recibieron $13.013 millones. Es decir, la inversión total sería de $229.837 millones, que es el aporte en especie que hará el municipio.
López precisó que la 80, por donde pasará el tren, será toda a nivel. Es decir, los intercambios irían elevados para que el sistema no tenga que desviarse. Añadió que ahora se está avanzando en diseños, pero que no todos serán necesarios al final.
López estuvo de acuerdo con el gerente de la EDU en que los atrasos no afectarán el aporte en especie a la Nación. “A no ser de un imprevisto o una urgencia, no hay razón para estar preocupados por ello. Dentro de la matriz de riesgo está ese escenario como el último posible. Pero, si no se logra, habría que aportar esos $229.000 millones con recursos ordinarios o vigencias futuras”, complementa el gerente del metro de la 80.
Una opinión diferente tiene Felipe Vélez, quien fue gerente del entonces proyecto tranvía de la 80, hoy convertido en el metro. En 2017, a cargo del proyecto, adelantó los estudios en fase 2 con especialistas británicos en intercambios viales y construcción de vías férreas. Una de las decisiones más importantes, tomada con los análisis de los expertos, fue darle prelación al tranvía. “Lo importante es que los que tuvieran que desviarse fueran los carros, no el metro. Esto fue una apuesta por la movilidad sostenible. El tranvía siempre debe ir a nivel y los carros deben desviarse en intercambios”, explicó Vélez.
Con eso en mente, Vélez criticó que lo primero en construirse hayan sido los intercambios viales. “Creo que hay equivocaciones en el proceso. Dicen que lo hicieron así porque los intercambios son lo que más se demora, pero eso no es así. Haber comenzado con estos intercambios no era lo prioritario. Por ejemplo, se pudo haber comenzado con la fase 1 del proyecto”, indicó el exgerente del tranvía.
Ante esta crítica, López, el gerente actual del metro de la 80, dijo que los dos intercambios, además de servir como pago en especie, servirán para mejorar la movilidad de la ciudad. Y frente a la crítica de que se está privilegiando el uso de carro particular, expuso que el metro de la 80 es una apuesta por la movilidad sostenible y que prueba de ello es que el sistema tiene la prelación en la vía. “Nosotros gobernamos para toda la ciudad. Si bien el proyecto ayuda a una movilidad más limpia, también debemos pensar en los carros particulares”, concluyó López.
César Hernández, exgerente de la EDU, recordó que la empresa se convirtió en un “brazo ejecutor” de la alcaldía desde 2004. La idea, precisó, era que ejecutara las obras más relevantes. Pero, a causa del alto endeudamiento de Medellín, la ciudad comenzó a contratar más con la EDU, pues era más complicado comprometer vigencias futuras para las obras. Esto, según Hernández, es la causa de que la empresa se haya “saturado”.
El exgerente añadió que el recurso humano es uno de los problemas de la EDU: “No se respeta el proceso de aprendizaje porque se cambia muy rápido el personal. Lastimosamente, la empresa se está prestando para que se paguen favores políticos y los que llegan a veces no saben del negocio. Apenas están aprendiendo, los cambian”.
Para el exgerente, la saturación de la EDU puede combatirse con la ayuda de otras entidades públicas. Por ejemplo, que Metroplús ejecute algunas obras o que con Metroparques se hagan trabajos de mantenimiento.
Echavarría, el gerente actual, cree que la saturación mencionada no existe: “Cuando llegué a la EDU teníamos 70 obras iniciadas. Muchas sufrieron el rigor de la pandemia o llegaron con retrasos de otras administraciones. Tenemos 500 profesionales y por ello atendemos toda clase de obras. No creo que eso sea cierto”