Para la fiscalía, el exmagnate de la música Sean “Diddy” Combs es un “delincuente violento”, la otra cara del “icono cultural” y “hombre de negocios” exitoso. Para la defensa, el caso que lo ha sentado en el banquillo por tráfico sexual y asociación ilícita, se reduce a un problema de “amor, celos, infidelidad y dinero”.