Si va a cualquier espectáculo en la ciudad pero no puede estacionar su carro en un parqueadero y lo tiene que dejar en la calle, aliste el bolsillo porque la tarifa le puede salir muy cara o el auto termina en los patios de la Secretaría de Movilidad.
Existen casos como, por ejemplo, en los alrededores del Teatro Pablo Tobón Uribe, donde la tarifa de la “cuidada” del carro le puede salir en $4.000 cuando hay espectáculos nocturnos.
En otros sectores como el Estadio o el Aeroparque Juan Pablo II, la tarifa alcanza los $10.000 o más y le dan recibo.
En el caso del teatro, en pleno centro de la ciudad, hasta las 6:00 p.m., permanecen funcionarios del parqueadero regulado y permitido que cobra $2.900 por la hora, pero cuando los responsables del mismo se retiran llegan cuidadores con trapo rojo y chaleco reflectivo como distintivo quienes recibo en mano exigen los $4.000.
Consultada la Policía de la Estación Candelaria sobre esta situación, indicó que en diciembre realizaron varias redadas para evitar estos cobros exagerados que parecen una extorsión y por eso la autoridad encargada señalizó los alrededores del teatro y puso los parquímetros oficiales.
Hay más quejas. Un ciudadano contó que un sábado en las afueras del Jardín Botánico, que tenía llenos sus parqueaderos, le pasó un fiasco porque dejó el carro en las afueras al cuidado de tres hombres que con trapo rojo estaban en el sitio. Cuando iba a retirar el auto, les fue a dar unas monedas, pero los individuos le dijeron que la tarifa era de $5.000.
Hablan las autoridades
El secretario de Seguridad de Medellín, Gustavo Villegas, dijo que no es permitido que particulares que no pertenezcan a ninguna empresa autorizada por el Municipio, cobren por el uso del espacio público y menos que entreguen recibos y exijan sumas arbitrarias.
Manifestó que el pago debe ser voluntario, igual con la tarifa, de lo contrario estas personas que intimidan al conductor con dañarle el vehículo si no cancela el valor reclamado incurren en el delito de extorsión y pueden ser denunciados ante autoridades.
El mayor José Antonio Mejía, jefe del Gaula Urbano de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, dijo que esta situación no es generalizada en la ciudad, porque hay personas necesitadas que cuidan carros de buena fe.
El oficial aclaró que la conducta se convierte en delictiva cuando le exigen al conductor una suma determinada, mediando un recibo, y amenazan con agredirlo o dañarle el vehículo. Agregó que aunque no han tenido denuncias, sí les han dado a conocer que esta situación se presenta en las afueras de algunos templos cuando hay celebraciones.
El mayor Mejía indicó que cuando se presenten exigencias e intimidaciones, el ciudadano puede denunciar el hecho, porque el fenómeno de la extorsión se presenta desde la exigencia de un solo peso.
Relató que ya tienen sitios tipificados, pero se tiene que comprobar muy bien que se esté tipificando un delito y para eso necesitan denuncia.
Fredy Muñoz, oficial de servicio de la Secretaría de Movilidad, comentó que a su despacho llegan constantemente los ciudadanos a quejarse porque el carro terminó en los patios cuando estaba al cuidado de una de estas personas que le exigió el pago por adelantado y lo hizo parquear en un sitio prohibido, pero desapareció cuando llegó la grúa.
Dijo que la mayoría de reclamos que les llega es de conductores que dejan sus carros en las afueras del Juan Pablo II, cuando hay diferentes espectáculos, lo mismo que en alrededores de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
El antropólogo urbano Gregorio Henríquez dijo que a esta modalidad de vacuna en el centro de Medellín le dicen la “extorsión siciliana”.
“Aparecen ciertos individuos con talonarios y cobran, en muchos casos más caro que en parqueaderos legales”.
Anotó que en el sector hospitalario y universitario del barrio Sevilla hay individuos que ponen piedras, baldes y troncos en la vía para estacionar allí los carros con cuyos conductores tienen contratos y hasta les pasan una tarifa semanal .
$53
mil es el valor del traslado en camión de una moto mal estacionada a los patios.
